Al portador
El libertario Milei y el cañí Abascal, una pareja imposible
Los proyectos de Milei y Abascal, sin embargo, son incompatibles y los partidarios del líder de Vox saldrían en estampida si sugiriera aplicar las recetas del porteño
Javier Milei, presidente de Argentina, defiende que «la deuda es inmoral, porque consiste en pasar las cuentas de hoy a nuestros nietos para que las paguen ellos». Lo explicó en la sede de La Razón, en la presentación de la edición española de su libro «El camino del libertario» (Deusto). Un par de días después, también en Madrid, en un acto de precampaña electoral de Vox, el mandatario porteño patinó y provocó un conflicto diplomático al atacar, aunque sin nombrarlos, a Pedro Sánchez y a su mujer. Es otra historia, pero también una de las caras del «primer líder de la historia de la humanidad que se ha declarado liberal-libertario», apunta el economista Juan Ramón Rallo en el prólogo del libro del argentino. El propio Milei, ya en 2021, se definía como «un liberal libertario; soy un anarquista de mercado». El «libertarismo» es una corriente filosófica de la política que coloca a «la libertad individual como el valor político supremo», según David Boaz, vicepresidente del estadounidense Instituto Cato, dedicado a impulsar esa doctrina. Algunos buscan sus orígenes hasta John Locke (1623-1704), mientras que en economía el referente sería Ludwig von Mises (1881-1973), máximo exponente de la Escuela de Economía Austríaca.
Milei intenta aplicar, desde que alcanzó la presidencia, una política económica liberal-libertaria, que espanta a muchos desde el centro derecha a la extrema izquierda, sin olvidar a la extrema derecha, y que solo el tiempo dirá si es viable. Los riesgos son inmensos y todo tenía que ir muy mal para que «alguien como yo llegara al poder», admite el propio Milei. Su objetivo es que haya un Estado mínimo, reducido a lo imprescindible, nada intervencionista ni proteccionista y que elimine lo antes posible subvenciones y ayudas, salvo algunas excepciones inevitables. Las políticas de Milei no solo chocan, sino que son opuestas a las propuestas «cañí» y proteccionistas de Santiago Abascal, a quien el argentino apoya porque fue el único que estuvo a su lado al principio, el único que acudió a su toma de posesión. Los proyectos de Milei y Abascal, sin embargo, son incompatibles y los partidarios del líder de Vox saldrían en estampida si sugiriera aplicar las recetas del porteño. El Gobierno de Sánchez, que es lógico que se indigne por los ataques personales de Milei, está al mismo tiempo feliz. En la Moncloa creen que eso impulsa a Vox y perjudica a un PP, quizá otra vez desorientado, que está más cerca del PSOE, ¡sí!, que del argentino. Es la pareja imposible, Abascal y el anarquista de mercado que tilda la deuda de inmoral, Javier Milei.
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