
Mar en calma
Melody ganadora
Gracias por tu voz, tu arte, por rodearte de los mejores y darles su importancia y su valor…
El amor vale más que cualquier trofeo. Esa energía potente y sanadora, se ha multiplicado hacia nuestra querida Melody.
Los tentáculos de la política llegan demasiado lejos. También condicionan a los medios de comunicación, pero que critiquen a Melody en directo por no acudir a un programa de la televisión pública de gran audiencia, debido quizás a estar digiriendo el gran shock emocional –que, por cierto, fue compartido por todo el país– tras un resultado que unánimemente consideramos injusto, implica una falta total de empatía. En tiempos donde se nos exige disponibilidad y complacencia, tener el coraje de decir: «necesito parar, necesito estar con los míos» es un acto de profunda humanidad.
Bravo, Melody, por tu gran actuación, pero sobre todo por tu valentía al priorizarte. Especialmente ¡cuando ya no se te puede exigir más! Cuidar el alma también es valentía. Eres una artista alucinante, con una afinación impecable, una presencia espectacular, autenticidad… Todo en ti transmite talento, arte y fuerza. Llevas meses entregándote, puliendo cada detalle, poniendo corazón, tiempo y esfuerzo.
La crítica por no asistir a un programa de televisión justo después de vivir la presión más intensa de tu carrera solo revela que seguimos sin entender ni aceptar que la salud mental importa, que no somos máquinas y que protegerse no es egoísmo, sino amor propio.
Melody ha sido honesta consigo misma, y estar con su hijo –después de haberse separado tantos días de él por cumplir el sueño de todos– fue la decisión más humana y comprensible.
Melody, te admiramos por muchas cosas, también por tu verdad.
Gracias por tu voz, tu arte, por rodearte de los mejores y darles su importancia y su valor… y también por inspirar, por ser coherente y recordarnos que el éxito es tener el valor de escucharnos y cuidarnos.
Lo cierto es que Eurovisión es un espacio de unión y que este año nos quedamos con un sabor agridulce…
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Las cloacas de Transportes (III)