Opinión

Ensogada al presidente

Hubo un tiempo en que Yolanda aspiraba a ser presidenta. Ahora, a lo que aspira es a que no le mueva la silla Pablo Bustinduy

Yolanda Díaz acusa al PP de estar "azuzando a la extrema derecha" y le responde que "Vox no es un partido de Estado"
Yolanda Díaz acusa al PP de estar "azuzando a la extrema derecha" y le responde que "Vox no es un partido de Estado"Europa Press

Voy a ser claro, o sea, clara, en terminología «yolandiana»: la vice de Sumar no se va a separar de Pedro Sánchez ni aunque lo vea robando. Es un decir. Dirá, llegado el caso, que el pobre lo hace por necesidad, después de haber perdido la «lucratio» de los burdeles sabinianos. Sobre el negocio prostibular de los Gómez-Sánchez no se ha pronunciado todavía Yolanda. No esperen que lo haga. No lo va a hacer.

Los prostíbulos son buenos cuando los gestiona la izquierda. No hay en ese caso sometimiento alguno de la mujer al macho, ni explotación ni nada, sino caridad con el necesitado. Luego Sabiniano, Sánchez y Gómez únicamente hacían el bien. Estaban creando empleo y generando riqueza, aunque fuera, eso sí, mayormente para ellos.

La caridad bien planteada empieza por uno mismo. Y José Luis Ábalos contribuía a esa caridad como un cliente «premium». No vayamos a hacer de esto un problema político. Hay que abolir la prostitución, pero siempre que sea la de la derecha, y la de la ultra-ultraderecha. Los de la izquierda no se prostituyen, van a la sauna solo a desahogarse. Tienen derecho a ello, después de tanto trabajo urdiendo alianzas imposibles con los etarras, los separatas y los golpistas del «prusés».

Yolanda se ha trabajado esto como la que más. De fracaso en fracaso, de regular la vivienda a reducir la jornada laboral, hasta el descalabro final como lideresa de Sumar. De modo que nuestra vice está haciendo méritos para seguir sentada a la derecha de Pedro. Ensogada más bien, pues ha decidido atarse al presidente de por vida, haga lo que hagan los sanchistas y su Secretaría de Organización. Se llame robo o prostitución, ya sabemos que ella siempre va a mirar para otro lado, como el PNV.

Aquí cada uno se lleva todo lo que puede: los separatas, el cupo; los abertzales, la Seguridad Social, y Yolanda, el sillón. No hay que tener prisa en perder el sillón por mucho que berreen los de la Chunta y Compromís. Ella va a seguir de vicepresidenta del Gobierno. De lo contrario, tendrá que ir a mendigar trabajo a Pablo Iglesias, y no están los tiempos para acabar de camarera en Garibaldi. Hay que resistir, aunque sea ensogada.

Hubo un tiempo en que aspiraba a ser presidenta. Ahora, a lo único que aspira es a que no le mueva la silla Pablo Bustinduy, cachorro podemoide que ha hecho carrera con Sumar.

Yolanda ha traicionado tanto que ha acabado haciendo escuela

Las izquierdas de la izquierda, o sea, la ultraizquierda, están intentando librarse de la quema, forjando un ente electoral en el que estén los podemitas, los comunistas, los unionitas y los despojos de Sumar. Vamos a ser claros. Para eso no vale Yolanda. Podría valer Bustinduy, siempre que traguen Iglesias y Ione Belarra. Que podrían no tragar. Podemos sube mientras Yolanda se estrella. La aportación de PCE e IU a la plataforma es discutible. Antonio Maíllo sí que aporta. Enrique Santiago, no. El primero es sentido de Estado, y eso está bien. El segundo es «Viva la Cuba libre», y eso sobra, aunque al final lo reinsertarán también.

La que sobra claramente, al menos a ojos de todos ellos, es Yolanda. Se lo ha ganado a pulso, a fuerza de traicionar a unos y a otros. Es difícil traicionar a tantos durante tanto tiempo. Desde Beiras al antiguo coletas, engañados todos por la Dama de Fene.

Malos meses para nuestra rubia de bote. O traiciona también a Sánchez, y de eso sabe un rato, o no se salva de esta. Y de momento no se la ve en una nueva maquinación. Pero ha traicionado tanto, que ha acabado haciendo escuela. Y ahora la van a ejecutar los modernos bustinduys, en alianza con el Comité Central. Está condenada.