
El buen salvaje
El No-Do del PSOE y la solución Franco
La memoria es muy selectiva y el tiempo hace más vil, o tal vez más buena, la nostalgia
Han pasado (casi) veinticinco años desde que el siglo abrió su portal. Parecía que iba a empezar la guerra de las galaxias y que haríamos el amor vestidos. Para no sentir, mejor acabar antes.
La izquierda se agotó acabado el siglo anterior. Desde entonces, en lugar de reinventarse, dejó de dirigirse al electorado para el que nació y se enmarañó en causas identitarias que cabrean al mecánico de Parla o al barrendero de Chiclana, y cada vez a las mujeres, que ya empiezan a darse cuenta de que la tierra prometida no está a este lado del río, entre otras cosas porque las mujeres tienen hijos varones (el PSOE no ha logrado que se dejen de parir machitos) y no saben cómo explicarles algunos asuntos inexplicables que superan la igualdad sobre la que nadie tiene duda.
Los responsables del auge de la derecha menos moderada son los progresistas (aquí y en Estados Unidos) que dejan en la estacada las necesidades y el sentido común de las familias del extrarradio.
El Gobierno de España tampoco ha encontrado cómo solventar la crisis ideológica sobre la que se asienta y se echa en brazos de los solsticios de invierno y esas tonterías de sopapo de las que afortunadamente ni se habla en las cenas de Navidad. Y ahí es donde entra el genio y la figura de Francisco Franco, una muestra del fracaso del Ejecutivo porque como no hay músculo que exhibir de la nueva era se dedicará a contar lo mal que se vivía con el dictador.
Tal vez funcione la estrategia de los dientes de ajo pero se trata de un error garrafal que puede tornarse en efecto boomerang.
La memoria es muy selectiva y el tiempo hace más vil, o tal vez más buena, la nostalgia. Las madres de noventa años recuerdan cuando eran jóvenes y llevaban un vestido ceñido. Porque recordar es eso: mi primera colonia, Chispas, y no lo que pasó en la Casa de Correos. Cuando la comparan con Auschwitz siento el escalofrío de un demonio en Laponia.
Lo que demuestra tanto vómito de sapos y lagartijas es que no hay letanía más allá del «que viene la derecha» (para el PSOE todo lo que no es izquierda es franquista) y de ahí el publirreportaje que vamos a sufrir durante el año que se nos viene encima. El No-Do de un PSOE en blanco y negro.
✕
Accede a tu cuenta para comentar