Mirando la calle
No nos volvamos locos
«No podemos meter a todos los judíos, tantos de ellos en contra de su dirigente y acciones, en el mismo saco»
Las imágenes de la última etapa de la vuelta ciclista a España dieron la vuelta al mundo. La protesta, las vallas, los manifestantes, la policía… Un gesto contra esa barbarie de Gaza, con el sello indiscutible de la intención genocida de Netanyahu. Bien. Los gestos son indispensables. Las medidas de Sánchez y las que vengan de la UE, también. Pero cuidado con el resto de las críticas y condenas. La que se orquestó contra la vuelta -y corríjanme si me equivoco- no fue contra el dirigente genocida del Estado de Israel, sino contra un equipo privado de un señor israelí, en donde corrían un participante de su país y el resto de diferentes nacionalidades… Ese señor parece que era sionista, pero… No podemos atentar contra nadie por su pensamiento o ideología, ¿O sí? Y menos, claro, meter a todos los judíos, tantos de ellos en contra de su dirigente y acciones, en el mismo saco.
Es muy preocupante abrir la caja de los odios; mejor tomar decisiones. Entre las nuestras, no participar en Eurovisión si lo hace Israel. Yo la aplaudo. Además, casi nos viene bien entre lo poco glamuroso que es el festival y lo mal que nos va casi siempre…; pero entonces ¿qué pasará con el Atlético de Madrid, o con el Movistar Team de ciclismo, ambos participados con capital israelí? Y… ¿se impedirá que jueguen la Euroliga al Maccabi de Tel Aviv y el Hapoel? Todos son de capital privado israelita, no del estado de Israel…, como el de la vuelta ciclista… ¿Y se haría todo eso sin dejar de aceptar jugar mundiales de fútbol como el del 2022, en Qatar, donde no existen los derechos humanos o supercopas en Arabia con agresiones a mujeres de futbolistas? Porque esos eventos deportivos sí los financian los estados…
Ya sé. Ahora estamos en esto y no toca defender, qué se yo, a las mujeres de Afganistán, que se mueren a chorros tras sus burkas (otra suerte de genocidio femenino) o la guerra de Yemen que lleva 377.000 muertes, según Naciones Unidas; el foco está en Gaza. Y ahí debe de estar: en Netanyahu y sus malvadas acciones. Pero no en todos los judíos del mundo. No nos volvamos locos.