V de Viernes

El ocaso de Internet

OpenAI cree que la Inteligencia Artificial acabará con la “humanidad” de la red de redes

La denominan “internet muerta" o “muerte de internet”, expresión de origen conspiranoico que cobra fuerza tras denominarla así el máximo responsable de OpenAI, Sam Altman, que teme que la red de redes acabe pereciendo como consecuencia del avance de los programas robóticos que generan contenidos automáticos. Esos contenidos superarán pronto a los contenidos humanos, con lo que los peligros de manipulación y desinformación se multiplicarán por la influencia de los bots [programas informáticos que imitan a los humanos], generando un ruido informativo incapaz de discernir sobre la verdad y la mentira. No se trata de un problema menor, teniendo en cuenta que las redes sociales son ahora la principal fuente de información para muchos usuarios. Las redes ya están siendo manipuladas hoy por los bots para influir en la opinión pública con desinformación de parte. Un ejército de bots puede hacer que cualquier humano pase a tener millones de seguidores o a quedarse con muy pocos en poco tiempo. Casi la mitad de todo el tráfico de Internet está siendo hoy realizado por bots, y esa tendencia crecerá aún más con la IA, que en algún momento pasará a ejercer el control total de la red, según postulan Sam Altman o Elon Musk.

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido de hecho en un codiciado instrumento que, bien instruido, puede ejercer un poder abrumador. Casi toda la prensa es ahora electrónica, como la moneda, el voto, la gobernanza, la sanidad, la educación. Quien controle la IA controlará el mundo. Y el dueño de la herramienta puede manipularla, ejerciendo incluso una cyber-censura tan sutil que incluso puede llegar a estar bien vista. Sucede con frecuencia que opiniones contrarias a la corriente predominante sobre cambio climático, agenda 2030, guerra de Ucrania o pandemia son eliminadas de las redes gracias a los algoritmos programados de la IA. El algoritmo decide lo que es falso o verdadero y expulsa del sistema al disidente. Lo cancela, aunque tenga razón. Y quien controle el algoritmo es quien en realidad mandara en China o en Rusia, pero también en nuestro apreciado “mundo libre”, cada día más orwelliano, y más inseguro. 2025 ha sido un año récord en cyber-ataques, con miles de empresas hackeadas y millones de personas afectadas. Cada año la incidencia de la cyber inseguridad es superior al anterior. La IA, que es omnipotente y omnipresente, es incapaz de garantizar la seguridad plena, de manera que ninguna empresa, ningún Ministerio, ningún sistema, sea por huella, facial, digital o del iris, está exento de riesgos de ataques por parte de bots, robots programados para conseguir la información de otros bots, de otros algoritmos, prestos a cancelar cuentas, hackearlas, rapiñarlas o crear ideas en la opinión pública de acuerdo con los intereses de quienes controlen la nueva Internet no humana, encargada de inyectar en la sociedad la ideología que quieran establecer como dominante.

Un escenario que no es de futuro, sino de presente. Y que genera escalofríos.