Sin Perdón

Otegi rescata al soldado Sánchez

Durante años se dedicaron a matar, extorsionar y secuestrar. Otegi era uno de sus líderes. Ahora es generoso porque está muy contento con su alianza con Sánchez

Han sido días difíciles y complicados, porque La Moncloa no supo reaccionar a tiempo ante la crisis provocada por los etarras condenados en las listas municipales de Bildu. Sánchez sabe que la asociación con los filoetarras y los independentistas catalanes es letal para sus expectativas electorales. Los intentos de los periodistas, los tertulianos y los columnistas afines no sirvieron de nada. Lo mismo sucedió con la tardía sobreactuación de los dirigentes socialistas o la ambigüedad de los medios de comunicación próximos, porque resultaba difícil defender éticamente la incorporación de terroristas con las manos manchadas de sangre, aunque hayan cumplido sus penas. En este escenario tan peligroso para los socialistas, irrumpió Otegi para salvar al soldado Sánchez. Por ello, ordenó a los siete etarras condenados por asesinato que se comprometieran a renunciar al acta de concejal si eran elegidos. Y cumplieron con disciplina militar. Al fin y al cabo, Otegi era uno de sus líderes y sigue siéndolo. Los asesinos de ETA servían a la organización criminal y ahora lo hacen a su aparato político.

Moncloa ha decidido pasar página. Me gusta como traslada las instrucciones, como si todavía existiera la Prensa del Movimiento, y anuncia que el tema está zanjado. Nada tiene que perturbar la secuencia de compromisos electorales diarios, que pagamos los españoles con cargo a un mayor endeudamiento, de la campaña de reelección presidencial. Mientras tanto a aprovechar para insistir en la demagogia habitual. Ahora resulta que la derecha siempre vuelve a ETA, como si Feijóo hubiera hecho las listas de Bildu, o que el PP no soporta que la democracia española derrotara a la banda terrorista hace doce años. Lo mejor fue escuchar a Otegi asegurar que la renuncia de los etarras era un gesto para la convivencia democrática. Hay que darle las gracias, no sé si genuflexos, y otorgarle el gran collar de la Orden de Carlos III. No hay duda de que es un hombre de paz. Durante años se dedicaron a matar, extorsionar y secuestrar. Otegi era uno de sus líderes. Ahora es generoso porque está muy contento con su alianza con Sánchez.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)