Mar en calma

Paralímpicos

Nos recuerdan que lo primero es la aceptación (jamás piensan en resignación), la autoestima, la autoconfianza y el espíritu de superación

Los paralímpicos son personas «faro» que alumbran el camino, brillan porque aman lo que hacen, pero jamás eclipsarán la luz ajena, sino todo lo contrario, la motivarán y apoyarán porque consiguen inspirar caminos y remontadas con su ejemplo cuando la vida se tuerce o nos caemos. Nos recuerdan que lo primero es la aceptación (jamás piensan en resignación), la autoestima, la autoconfianza y el espíritu de superación. Teresa Perales es estandarte de todo esto ya que, hasta con un brazo menos, ha conseguido su medalla paralímpica número 28 en natación igualando al mítico Michael Phelps.

Sin olvidar el dolor compartido de nuestra querida Carolina Marín y su grave lesión en directo, celebramos las medallas conseguidas en unos Juegos Paralímpicos que pronto se clausuran. Los dos oros en triatlón nos emocionaron especialmente por las historias que hay detrás: Dani Molina reconoce haber pasado un desierto muy duro durante los últimos 20 años y Susana Rodríguez, solo dos meses antes, cayó con su guía cuando pedaleaban un tándem a 70 km/h. También la triatleta de Ciudad Real, Marta Francés de 29 años, plata en su categoría, sufrió bullying en el colegio, tuvo un cáncer de cerebelo que le dejó secuelas físicas y sufrió violencia machista: «Ha costado muchísimo llegar hasta aquí, he tenido que luchar y trabajar mucho. He tenido que pasar tanto desde bien pequeña que estoy agradecida a la vida entera de que me dé esta oportunidad y encima la haya podido aprovechar (…) se lo dedico a mis padres».

Probablemente empezaron en la competición por amor al deporte, con el lejano sueño de unos juegos mundiales. Los objetivos son cada vez más ambiciosos, y como en la vida, no puedes –ni quieres– conformarte con los éxitos conseguidos. Deseo que los paralímpicos puedan vivir de su esfuerzo, que los medios difundan la voluntad, perseverancia y superación que reflejan sus competiciones, y que el deporte femenino, en una clara inferioridad de condiciones, tenga también el apoyo y la repercusión que merece.