Cuartel emocional

De picoteo

Al Rey Juan Carlos se le acosa injustamente desde el poder político

De picoteo periodístico, se entiende, porque hasta que las páginas de los periódicos no se inventen con sabor, olor y texturas –que todo se andará-, no podemos permitirnos más que andar picando de aquí y de allá por las noticias que nos llamaron la atención a lo largo de la semana, sobre poco más o menos. Destaquemos al Rey Juan Carlos, que tiene revolucionados a muchos con su venida a Sanjenjo a finales de este mes, luego de un almuerzo privado con Carlos III en Buckinham Palace, una quedada entre reyes, dicho de otra manera menos protocolaria y que a mí me gusta igualmente. Dicen que no ha pedido permiso a su hijo para venir a España, igual que ninguno de los viandantes que entran y salen del país libremente, sin ningún estado de busca y captura. Con sus aciertos, que son los más, y sus yerros porque es humano, el Rey Juan Carlos ha hecho por España lo que nadie hasta el momento, no nos cansaremos de decirlo quienes lo admiramos y lo queremos, quienes somos agradecidos por esos treinta y ocho años y pico de reinado en que los españoles hemos podido sentirnos personas respetadas en el mundo luego de una etapa en que se nos ignoró y hasta ninguneó. Hoy día tenemos una lacra importante con el gobierno que padecemos y nuestra monarquía vive horas bajas sin más protagonismo que una visita a Chinchón en Semana Santa. Ni siquiera a un balcón de Sevilla o de Málaga a ver con respeto el Cristo de la Buena Muerte portado por brazos de legionarios mientras entonan “El novio de la muerte”. Ya no existe el sentido de patria ni sentimiento de patriotismo, solo lo conservamos unos cuantos a quienes nos emociona la bandera y la marcha Real mientras otros ríen las gracietas catalanas que ofenden a la Virgen del Rocío. Se habla de que pronto llegará un cambio de ciclo, que buena falta nos hace porque el día a día de la política del país nos afecta psicológicamente a muchos sin que podamos evitarlo. En todas partes cuecen habas, sí, pero a cada cual le duele lo suyo. Al Rey Juan Carlos se le acosa injustamente desde el poder político y el sanchismo pretende marcarle los pasos y ostentar una autoridad que no le corresponde ni de lejos para permitir o prohibir el acceso al que es su país, mientras el propio Sánchez disimula el hecho del costo de un gobierno con minúscula muy superior a los anteriores desde el comienzo de la democracia, con una macroestructura de veintidós ministerios no sólo inútiles sino también entorpecedores. Dice Feijóo que eliminará unos nueve si llega a gobernar y que menguará también el batallón de asesores –más bien batallón de modistillas, como la canción militar de Marujita Díaz-, que encarece los presupuestos de una forma escandalosa e insostenible. Veremos si es capaz de hacerlo, no vaya a resultar que estén por el medio los temidos contratos blindados y no se encuentre la forma de cargárselos uno por uno.

CODA. El Dalai Lama ha resurgido de repente en medio de un escándalo bochornoso, cuando ya pocos se acordaban de él. El monje besó en los labios a un niño que se acercó a recibir bendiciones y el pequeño se vio obligado chuparle la lengua no sin ocultar su reparo ante semejante petición. Luego se produjeron las disculpas por parte del hombre de la túnica que ha levantado una polvareda gigante en un momento en que se cuestiona a muchos curas por pederastia. El video de la escena se ha reproducido hasta la saciedad. También hasta el asqueamiento.