Cuartel emocional

Las plagas que vienen

Disfruto en mis noches de insomnio imaginando a María Jesú Montero en una posible entrega de cartera a, por ejemplo, Fátima Báñéz

En los quince años que trabajé para RCN Colombia era muy frecuente comentar en los noticieros los afectados o fallecidos por dengue o chikunguya, enfermedades provocadas por mosquitos de la selva donde habitaban los guerrilleros de las FARC, el ELN, el M-19, en fin, un poco los colegas de Gustavo Petro, actual presidente del país, a quienes precisamente los bichos no picaban. Estos insectos, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, están proliferando en el Viejo Continente, si bien de forma discreta por el momento, a causa de olas de calor e inundaciones. En España este año hay que poner atención a la mosca negra, que provoca unos tremendos ronchones, y que, al parecer, está proliferando en regiones como La Rioja, según comentábamos el otro día en Espejo Público, aunque tenemos que reconocer que, en estos momentos, que la peste más temible es la campaña electoral que está a la vuelta de la esquina y con las temperaturas que ya comenzamos a padecer.

¡Cómo son las cosas! Nunca hubiéramos dicho que Alfonso Guerra, el más rojeras de los socialistas de otro tiempo, hoy parece estar en el centro-derecha, y así lo pudimos percibir en la presentación del libro de Virgilio Zapatero “Los sueños de una generación”, donde las caras del pasado se mostraban taciturnas y pensativas. Felipe González, -avejentado quizá por esos kilos de más que debería cuidar-; Rosa Conde, de quien no olvidamos los nombre que puso a su primogénito Ernesto (por Che Guevara), Fidel (por Castro obviamente), Vladimiro (por Lenin, también obvio). El otro, con más suerte, se llama Jacobo (por Rousseau); Barrionuevo, de quien fui bastante amiga y frecuentó mi casa junto con su mujer Esperanza, muy unidos en aquel tiempo haciendo grupo con Alfonso Sobrado Palomares, presidente de EFE casado con Ana Tutor, quien fue jefa de Gabinete de Enrique Tierno Galván y, más tarde, Delegada del Gobierno en Madrid. Aquella panda de progres era tolerable e, incluso, podías tener relación con muchos de ellos. Hoy día, no es viable.

Decía que Guerra criticó que, entre los del gobierno, aseguren que Bildu hizo más por España en la pandemia que los del PP. El viejo político agregó a continuación que quienes trabajaron para que no hubiera más muertos aun de los que se produjeron, fueron los sanitarios, y punto. Por su parte, y en Extremadura, la atractiva María Guardiola parece estar más en la línea de Irene Montero o de la tal Pan que en las filas del partido que defiende un centro moderado, donde tantos ciudadanos se sienten cómodos y sin sobresaltos. Piensa, quizá, la candidata a Presidenta de la región que así va a captar más votos de feministas empoderadas cuando eso, ¡pobre ilusa!, no sucederá ni aunque se quite la camiseta emulando a Isa Serra.

En fin, solamente decir que disfruto en mis noches de insomnio imaginando a María Jesús Montero en una posible entrega de cartera a, por ejemplo, Fátima Báñéz, o a la arrogante Nadia Calviño haciendo lo propio con Hernández de Cos, gran fuerza de la inteligencia económica, y así seguido hasta llegar a un equipo de gobierno reducido que se ocupe, no de cuestiones accesorias, sino de los verdaderos problemas de España, como la deuda, el paro, la inmigración, etc.

CODA. Me encantó ver a la familia Real de siempre reunida en Suiza con motivo de la graduación de la nieta Irene. No hay foto conjunta, pero sí hay imágenes sueltas de don Juan Carlos, doña Sofía y las infantas Elena y Cristina. Instantáneas para añorantes…