Cuartel emocional
Políticas camaleónicas
A la Guardiola se le bajaron –o se los bajaron, no sé-, los humos podemíticos
CEn el mundo de la moda se valora mucho eso de ser camaleónica, o sea, lo que se llama tener la habilidad de modificar la personalidad o la manera de desenvolverse sorprendentemente según la situación o el contexto, ora con el pelo verde y corto, ora con una pelirroja melena leonina, estando bien de ambas maneras. Lo de Sánchez es diferente, quiero decir que no sólo no se apea del color azulina porque alguien le ha dicho que se ve guapín en esa tonalidad pero, en cambio, como es un tramposo/mentiroso compulsivo, enfermizo, digno de ponerse en tratamiento severo, hace políticas camaleónicas, a saber, ora me vendo al filoterrorismo, ora al independentismo. Pero ahora le aprietan las tuercas y ya le ha advertido el hombre del apellido paralelo a su persona, Rufián, que se acabaron las bobaditas y que si quiere apoyos en una posible victoria electoral, se le exigirá no sólo referéndum sino que directamente secesionismo. Y así está el tema. El otro día con Évole tuvo dos millones menos de espectadores que el anterior programa en 2016. En El Hormiguero, pese al insoportable peloteo/baboseo que hubo entre Motos y él, la audiencia, que no es tonta fue muy inferior a la del día siguiente con un Feijóo digno de ser presidente del Gobierno, serio, muy preparado, cercano, con respuestas coherentes, con sentido del humor y con detalles humanos que a ninguno se nos escaparon. A televidentes difíciles, como es mi caso, no nos aburrió ni se nos puso cara de escepticismo ni de asco en ningún momento. Ha tenido cuatro mayorías absolutas en Galicia, por algo será. Ha sido un buen gestor, tanto en su puesto como director general del Insalud como cuando fue Presidente de Correos. Lo recuerdo el día en que presentamos el sello de Camilo José, hace ya muchos años, y su trayectoria es seria. A mí me convence. He sido crítica con él por cuestiones personales, que no vienen al caso y que cada vez veo más lejanas en mi vida. Siempre hay que pasar página si queremos dormir bien, cosa que me parece el mejor de los lujos. Mañana estará en nuestra sede de La Razón, y, aunque seremos muchos los que vamos a querer acercarnos a desearle suerte y muchos aciertos, va a ser difícil que pueda intercambiar un par de frases de cariño y sellar las grietas del pasado. Ya habrá ocasión.
Por lo demás decir que a la Guardiola se le bajaron –o se los bajaron, no sé-, los humos podemíticos y ha llegado a un acuerdo razonable con Vox para gobernar Extremadura. Le ha dado la consejería de Agricultura, que está muy bien y no interviene en cuestiones espinosas, y así añadimos otra región española lejos de la batuta sanchista. Por cierto, a la Batet se le batieron un poco las neuronas asegurando en catalán que los españoles no tenían ningún problema para llegar a fin de mes ni para pagar la hipoteca o el alquiler. ¿Se le habrá ido un poco la mano con el cava? Tengo amigas que se han pasado a las bebidas O alcohol para que no les ocurran esas idas de olla.
CODA. Harrison Ford, mi actor favorito, se despide de su personaje Indiana Jones, y lo hace lleno de juventud a pesar de sus ochenta. Y es que tener años no significa ser viejo. Ya lo dijo Picasso, “el que nace joven, lo es para toda la vida”.
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