Cuartel emocional

Hablar de la campaña

El ser humano aguanta hasta que pega el tan necesario puñetazo en la mesa y decide que ya vale, como está ocurriendo en España, con un Sánchez acorralado hasta por sus propias mentiras

Muy poco me apetece hablar de campaña cuando tendría tanto que decir de Kundera; también de Arrabal y nuestras interminables conversaciones sobre alguien a quien tanto admirábamos, un escritor por encima de premios y reconocimientos que nos ha ayudado a que en nuestro espíritu quede la huella de su escritura y de sus títulos, y pienso ahora en “La lentitud”, que a algunos nos daría pie para escribir sobre “La ingratitud”, con personajes e historias que se entrelazan en vidas donde todo está ya previsto. Alguien lo ha hecho desde no sabemos dónde pero nos han creado con pronósticos profetizados, calculados.

El ser humano aguanta hasta que pega el tan necesario puñetazo en la mesa y decide que ya vale, como está ocurriendo en España, con un Sánchez acorralado hasta por sus propias mentiras, con una apariencia de muñeco de cera, o de las muñecas de Famosa, como Biden. Lo triste es que vende más escribir de Sánchez que de Kundera o Cioran, porque pocos saben quiénes son. Se nos hace imposible dialogar con el dolor anímico y, como ya quedó dicho, “si la hora de la decepción sonara al mismo tiempo para todos, asistiríamos a una versión totalmente nueva o del paraíso o del infierno”.

Si salimos de ésta mínimamente airosos veremos con claridad que es molesto bajarse los pantalones ante la oposición fabricando e inventando artificiales cargos de igualdad y ecologismo para contentarles a costa del bolsillo de todos, cuando es más que obvia la defensa de las agresiones a mujeres, a ancianos, a niños, a progenitores, quiero decir, la protección ante la violencia. También la vigilancia permanente del medio en el que vivimos, el ambiente que defiende la payasa de la ministra Rivera llegando en bici a la Conferencia del Clima los cien últimos metros, cuando había viajado en jet privado hasta allí y llevaba detrás varios coches de alta gama de escoltas. A nadie ha engañado y esta farsa ridícula ha sido comentada a nivel internacional. También los múltiples embustes de Sánchez en el cara a cara como lo del pago por la utilización de las autovías; las frases que llevaba aprendidas de sus asesores de cámara; su protesta por el leit motiv “que te vote Txapote”, cuando en una masiva recogida de firmas las víctimas del terrorismo son favorables a que se utilice. Y todo así.

Luego están los de la ceja, con Almodóvar, Miguel Bosé, Miguel Ríos, Marisa Paredes o García Montero, que en su día apoyaron a Zapatero, ahora haciendo un acto en apoyo del falso doctor Sánchez. No hay vergüenza, mientras Yolanda Díaz va a Espejo Público a no contestar las preguntas de Susana Griso, saliéndose por peteneras todo el rato con Abascal. Es difícil argumentar o defenderse cuando no hay recursos, y la de Fene no tiene salida salvo mover su melena moldeada con tenacillas.

El que me cae cada día mejor es el hombre que va acorde con su apellido, Rufián, porque larga todo. El otro día en el debate a siete, estuvo glorioso no callándose cómo los suyos, los de Esquerra Republicana, obligaron al gobierno a dar los indultos a los condenados por el proceso independentista. También, el despreciable Otegui diciendo que los bilduetarras ganaron el cara a cara de Feijoo y Sánchez por lo mucho que hablaron de ellos, sin olvidar al tan previsible Tezanos dando ganador al PSOE en las elecciones del 23J. No podemos más de tanto barullo en medio de este insoportable calor. Dentro de una semanita tenemos jornada electoral. Inevitable un betabloqueante para sobrellevar todo esto.

CODA. No sé si prefiero al inefable Tezanos o a la inefable Tamara. ¡Qué racha llevamos, Dios mío!