Opinión

Las promesas más desesperadas de la campaña

Desde que salimos del paritorio, o del vientre de nuestra sufrida madre (ahora “persona gestante”) estamos bajo la influencia de los claims y eslóganes más variopintos y desquiciados

Todos los partidos del mundo son populistas, ya que todos pretenden capitalizar las frustraciones y los dolores (o neurosis) de las gentes para atraerse a las distintas facciones de la sociedad, convencerlas y ganar las elecciones, y por eso mismo, la campaña electoral no acaba nunca. Con respecto a su principio, imagino que desde el momento en el que coincidieron tres sapiens en el tiempo y el espacio, uno de ellos quiso hacerse con la confianza del grupo.

Los titulares nos cuentan que la campaña electoral comienza 16 días antes del día de la votación y el trigésimo octavo día posterior a la convocatoria, tal y como dicta la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). Sin embargo, desde que salimos del paritorio, o del vientre de nuestra sufrida madre (ahora “persona gestante”) estamos bajo la influencia de los claims y eslóganes más variopintos y desquiciados, donde todos los partidos, se llamen como se llamen, prometerán soluciones sencillas y rápidas, pero efectistas, para los problemas naturales y los artificiales (siempre causados por la oposición malvada).

_ ¡Qué malos son los otros!¡Qué poco se parecen a nosotres!

En este caso, fija la mirada en los resultados del 28 de mayo, nuestros líderes políticos, sedientos, apuran hasta el último sorbito las redes sociales y los medios para proyectar un discurso buenista, presentándose como nuestros verdaderos defensores y prometiendo luchar contra la corrupción y los privilegios de las élites.

Me pregunto por qué no le echan un poco más de sentido del espectáculo y se visten adecuadamente, con un traje elástico, cómodo y elocuente, entre Robin Hood y Wonder Woman con micrófono y antibalas incorporados, desde el que asegurarnos que ellos, y sólo ellos, están del lado del "pueblo" y, no los demás, y que lucharán con el poder que les ha sido otorgado contra las fuerzas del mal.

Entre las promesas más desesperadas de los últimos días, Rita Maestre promete una Red de apoyo para el acompañamiento de las familias con adolescentes, cómo lo leen, y esto me hace pensar en votarla (y en amarla), que tengo cuatro de esos. Además (esto me hace olvidar todo lo anterior y desechar la loca idea de votarla), promete empadronamiento para okupas e ilegales.

Pobrecitos okupas, sujetos de derechos victimizados y victimizables, que invadirán su casa al menor descuido, y que, en esta España al revés, la izquierda prioriza y defiende. Votos, al fin y al cabo. Ciudadanos en apuros para los superhéroes de contrachapado.

Maestre, también promete abrir un Laboratorio de creación urbana.

_¿Qué?

-¡Sí! Y una Factoría ciudadana de creación artística.

_Ah…_ Suspiro, el problema más grave de los españoles quizá no sea la envidia, sino que casi todos creemos llevar un genio dentro…

Pero a la realidad, y al precio de la cesta de la compra, le da lo mismo lo que pensemos, y Ione Belarra, irrumpe desplegando sus poderes (y sus pezones) con una retro propuesta muy del comunismo clásico: los supermercados públicos, incluso con idéntico nombre que los históricos: los llamados Preciojustos, como el programa de entonces.

_¡Qué alegría, un supermercado más asequible!

En los modelos conocidos de economías similares a la que Podemos pretende, la gestión ineficiente y la corrupción han conducido a los abastos estatales y con ellos a los consumidores al desabastecimiento. Y yo me pregunto ¿cómo se van a sufragar? ¿y las demás promesas?

_Con más impuestos chiringuiteros a los trabajadores como usted y yo. ¡Cómo si no!

Menos mal que tenemos a nuestro Superman patrio, a nuestro grande y bello Pedro Sanchez, que después de prometer miles de viviendas que no existen a beneficiarios que tampoco son, y de hacerle la pelota a Biden unos minutos (eso sí, en fluido inglés), sin que el octogenario presidente se acuerde ya de nada, ha cruzado el globo con su capa roja para ampliar la edad de acceso al cheque cultural famoso; ya saben ese dinerito “de bolsillo” para que los jóvenes compren libros y vayan a conciertos con sus amigues. Por si fuera poco, el dispositivo untable para los recién llegados a la vida electoral, Sanchez les regala la mitad del mítico Interrail, independientemente de su situación económica y su nivel adquisitivo.

¡Oh! líderes municipales, lancen promesas, jocosamente parecidas a las que arrojaron “los otros” en la campaña anterior y a las que lanzaron otros partidos incluso de otros países donde la campaña no tiene fin.