Y volvieron cantando

Que los andaluces pidan perdón

Si el PSOE de Andalucía, sumido en una profunda crisis y cayendo electoramente en barrena, cree que la resolución del tribunal presidido por Conde Pumpido abre la puerta a todo un vuelco en la política de esa comunidad, es que todavía no sabe por dónde le vienen los aires

¿A alguien se le ocurriría decir por ejemplo que la restitución judicial al expresidente valenciano Francisco Camps después de quince años de calvario llega tras lo que supuso una operación mediático-político-judicial de la izquierda? Pues lo escuchado al expresidente andaluz Chaves, como poco ruboriza. El partido socialista gobernó Andalucía durante cuatro décadas. Los ciudadanos de esta comunidad a partir del régimen franquista únicamente habían conocido ejecutivos del PSOE hasta la llegada del PP vía mayoría parlamentaria del centro derecha y con Juan Manuel Moreno Bonilla a la cabeza demostrando a los andaluces que existía otra manera de gestionar la cosa pública y que la llegada de los populares al poder no suponía comerse a los niños crudos.

Ahora el PSOE andaluz ha decidido que el borrado del escándalo de los ERES a cargo del Tribunal Constitucional, ejerciendo funciones de casación frente a sentencias firmes del Supremo, no solo carga de razones a los Chaves o Griñán en el vértice de la pirámide, situándoles como mártires de un contubernio político-judicial, sino que su «sacrificio» acabó propiciando la llegada de la derecha al poder. Ahora resulta por lo tanto que el partido que silbó mirando hacia arriba mientras se producían los desmanes con dineros de los parados se nos pone muy digno casi esperando que los andaluces que aplastantemente dieron su apoyo electoral a Moreno Bonilla acaben pidiendo perdón por tamaña osadía.

Si el PSOE de Andalucía, sumido en una profunda crisis y cayendo electoramente en barrena, cree que la resolución del tribunal presidido por Conde Pumpido abre la puerta a todo un vuelco en la política de esa comunidad, es que todavía no sabe por dónde le vienen los aires. El cambio en Andalucía llegó hace tres convocatorias electorales con un PP en precario coaligado con Ciudadanos y el discreto apoyo de Vox, después en los siguientes comicios los populares ya no necesitaron de apoyos –algo harían bien– y en los últimos obtuvieron una holgada mayoría absoluta, tan meritoria y legítima como las conseguidas tres veces por un Manuel Chaves, cuyos golpes de pecho son solo proporcionales al abandono al que le sometió su propio partido avergonzado por el caso ERES. Hay muchas maneras de recuperar apoyo electoral, pero por ahí mal asunto. Barómetro del «CENTRA» publicado este lunes: el PP ampliaría su mayoría absoluta con 18 puntos sobre el PSOE. Ahí queda el dato.