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Opinión

Sánchez, con el Papa por el Nobel de la Paz

Ciertamente Sánchez no está pasando por el mejor de sus momentos y no hay ni lodazal, ni bulos, ni máquinas del fango de la fachosfera a los que se lo pueda imputar

Ciertamente Sánchez no está pasando por el mejor de sus momentos y no hay ni lodazal, ni bulos, ni máquinas del fango de la fachosfera a los que se lo pueda imputar. En el plano internacional en el que intenta refugiarse para evitar comparecer en sesiones de control del poder legislativo y ante la prensa no oficial escudándose en sus giras, no es precisamente un éxito lo que recoge, al igual que en la política nacional. Como se cree que el Estado es él, se permite cambiar la posición de España sobre el Sahara mediante una carta particular a Mohamed V, o reconocer a Palestina como Estado sin debatirlo en el Congreso. Y comparece ante la Asamblea General de la ONU para alertar de que los bulos de la ultraderecha internacional son «una grave amenaza para las democracias», ante una sala casi vacía y con un eco mediático inexistente como prueba del interés que suscita su palabra. En su gira para promover la creación del Estado Palestino el resultado ha sido manifiestamente mejorable, y España aparece alineada con los «progresistas» del mundo y que Israel nos señale como «un paraíso del antisemitismo», lo que Albares califica de acusación «fuera de lugar». Claro que tantos éxitos en política exterior se explican mejor escuchando al ministro afirmar que su «prioridad y principal objetivo en su responsabilidad como Ministro de Asuntos exteriores (y etc.), es conseguir la oficialidad del catalán en la UE». Ante tales objetivos nada puede sorprender ya. Ahora, para culminar su intensa agenda internacional se va a Roma, más en concreto al Vaticano, a reunirse pasado mañana con Francisco para «trabajar por la paz en Oriente Próximo». Como aval de presentación ante el Papa para la ocasión, puede mostrar la manifestación -no prohibida por el Delegado del gobierno- celebrada en Madrid anteayer para conmemorar el ataque terrorista de Hamas que dio comienzo a la guerra. Entre los convocantes y asistentes estaban sus socios de Sumar que llevaban pancartas calificando aquella masacre inhumana como un acto de «resistencia». Tampoco creo que a los católicos españoles les conmueva particularmente esa visita, dado su descriptible respeto y afinidad hacia los principios y valores propios de la Iglesia de Jesucristo -quien es la Verdad y la Vida- de la que el Papa es su Vicario en la Tierra. En cuanto a Israel ha retirado a su Embajadora en España, por lo que cualquier iniciativa avalada por Sánchez tiene una descriptible capacidad de ser escuchada por Netanyahu. Aunque quizás para lo que está trabajando realmente es para ser nominado para el Premio Nobel de la Paz.