Editorial

El sanchismo, una máquina de pobreza

La izquierda demuestra una vez más que lo suyo es generar miseria, nunca riqueza y bienestar

Oficialmente el Gobierno de la izquierda y sus socios se han alzado como el baluarte primero de los derechos de los más desfavorecidos de la sociedad, de aquellos a los que la derecha ha olvidado o directamente ha marginado. Sin socialistas, comunistas y populistas en el poder, las políticas sociales habrían supuesto poco menos que una anécdota, y no una categoría, envidia de Europa, como lo han sido en estos seis años de sanchismo. El esfuerzo presupuestario extraordinario ha doblado el brazo de la precariedad y la canalización de fondos públicos hacia los vulnerables ha rendido frutos en justicia social que nos enorgullecen. Sirva este prólogo necesario para reproducir el discurso tan institucional como maniqueo y demagogo que alienta el artefacto propicio en manos de la poderosa maquinaria propagandística de Moncloa. El embeleco no aguanta el mínimo análisis objetivo, aunque solo sea porque resulta paradójico que en ese cohete económico del que se jacta el Gobierno sean cada vez más las partidas destinadas al ingreso mínimo vital, rentas de inserción, ayudas, subvenciones... La verdad es que nuestro país aparece ya señalado en rojo en los barómetros comunitarios sobre exclusión. La radiografía es tan desoladora como ignominiosa para la considerada como cuarta economía de la UE y decimotercera del mundo. La última Memoria del Consejo Económico y Social (CES) debería ser un aldabonazo colectivo, pero la izquierda se encarga de ponerle sordina a este debate y de expulsarlo extramuros. Hoy, tras un sexenio de hegemonía de Pedro Sánchez, pese a contar con el mayor paquete de estímulos fiscales y fondos europeos en décadas, España lidera la pobreza en la eurozona, con la carencia material severa disparada. Más de una cuarta parte de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social (26,5%), esto es casi 13 millones de personas, 400.000 más que hace un año. El deterioro de las condiciones de vida en el paraíso sanchista ha provocado que uno de cada tres menores de 12 años malviva en circunstancias miserables, algo que no sucede en ningún otro país de la UE y que salpica de vergüenza y bochorno a nuestros gobernantes y a esa izquierda elitista que no pone un pie en los barrios humildes, sometidos al olvido público para que la indigencia real no rebata la propaganda e impugne a una administración insolidaria y mendaz desde la verdad de la calle. El legado de esta izquierda tan desafecta y desleal con la gente es ya terrible en muy distintos campos, pero situaciones como las descritas o que casi 10 millones de personas sobrevivan con menos de 916 euros al mes por hogar hablan de un bagaje imperdonable y despiadado. El vía crucis de estos españoles está fuera de una agenda política dominada por las urgencias de los políticos en el poder. La oposición debe subsanar este deplorable escarnio. En todo caso, la izquierda demuestra una vez más que lo suyo es generar pobreza, nunca riqueza.