Sin Perdón

Saunas, burdeles y la coherencia de la izquierda

«El escándalo es imparable, como sucede con la corrupción de Ábalos y Cerdán o los problemas de su mujer y su hermano»

La información sobre los negocios de Sabiniano Gómez, padre de la mujer del presidente del Gobierno, y sus hermanos plantea un interesante debate sobre su relevancia informativa. A esto se une la feroz campaña que el propio Sánchez, los ministros y los altos cargos, los dirigentes del PSOE, Sumar y Podemos, así como los medios de comunicación de la izquierda han hecho contra Ayuso, Feijóo y sus familiares. Han acusado de corrupción a dos expresidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy, sin que hayan sido nunca investigados, a diferencia de lo que sucede con el entorno familiar del actual presidente. En el debate sobre la corrupción celebrado el miércoles, Patxi López responsabilizó a Ayuso por las muertes en las residencias de Madrid por la covid, a pesar de los más de sesenta archivos judiciales, y a Mazón por las provocadas por la DANA. Por supuesto, las críticas eran, también, contra Feijóo.

La pareja de la presidenta madrileña está inmersa en un pleito con Hacienda y los hechos son anteriores a iniciar su actual relación sentimental. A pesar de ello, es atacada, semana tras semana en la Asamblea de Madrid, por vivir en el piso de su pareja que consideran que se pagó con un dinero presuntamente defraudado a Hacienda. No importan los hechos objetivos, porque Sánchez ha dado la orden a los suyos, empezando por Óscar López, para que no paren en esta campaña. No es algo nuevo. Sufrió el mismo acoso, sin éxito, utilizando a su fallecido padre y su hermano. Eran inocentes, pero no importaba. La izquierda política y mediática no puede aceptar que Ayuso sea la presidenta madrileña. En el caso de Feijóo, tiene que sufrir que utilicen una foto de hace casi cuarenta años, porque tenía un amigo que resultó ser un contrabandista de tabaco y luego de drogas. A partir de esta misma interpretación, cabe suponer que Sánchez debería saber que Ábalos y Cerdán eran corruptos y el primero un putero. No veo que la prensa del movimiento sanchista sea rigurosa en ese terreno. Por supuesto, la izquierda política solo está interesada en atacar a Feijóo, que sufrió una campaña contra su mujer y su hermana utilizando falsedades.

Ahora nos encontramos con que los sanchistas, sus socios y la izquierda mediática, así como los periodistas de derechas acomplejados, se escandalizan con que Feijóo se refiriera a los negocios de Sabiniano. Es muy curioso que las familias del presidente del PP y Ayuso sean relevantes, incluso siendo inocentes, mientras que Sánchez tiene inmunidad. Una vez más creo que lleva este tema, como ha sucedido con otros, de forma desastrosa. Ni actúa con transparencia ni sabe comunicar. Al final, Sánchez ha conseguido que las saunas y los prostíbulos de la familia de su mujer se conviertan en una noticia no solo nacional, sino internacional. Feijóo se lo dejó muy claro: «Ha tenido el cuajo de compararse conmigo. ¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Participó a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución y ahora quiere usted ilegalizar su biografía; allá usted, señoría». Una reacción normal hubiera sido convocar una rueda de prensa para desmentir la noticia, pero no lo hizo. Desde entonces se ha publicado que Sabiniano y sus hermanos tenían más de diez saunas gay y prostíbulos. La cifra podría alcanzar, según diversas fuentes, el número de 17. Se ha dicho que el piso en el que vivió y ahora tiene alquilado fue pagado por su suegro e incluso que le ayudó económicamente. No ha sido desmentido. Hay medios que han informado que incluso le financió su campaña para la secretaría general.

Al igual que el abolicionista Sánchez, las feministas del PSOE y Sumar permanecen en silencio. Los medios de izquierda hablan de que se ha cruzado una línea roja, aunque no decían nada, sino que ayudaban, en los brutales ataques contra las familias de Feijóo y Ayuso. Me sorprende que algunos periodistas no encuentren relevante que se informe de los negocios de la familia de Begoña Gómez y saber si el presidente del Gobierno participó a título lucrativo, según afirmó Feijóo, de ellos. Sánchez defiende la abolición, porque considera que la prostitución es una forma de explotación de mujeres y hombres. Por ello es relevante. ¿Por qué no ofrece una rueda de prensa para desmentir estas noticias? ¿Qué hubiera hecho si esto afectara a un rival político? La actitud de los López y otros sanchistas, como Montero o Marlaska, es comprensible, porque tienen mucho apego a los cargos y necesitan las nóminas a final de mes. Han de sobreactuar defendiendo al líder, aunque son como los músicos del Titanic que se hundirán con el barco.

El escándalo es imparable, como sucede con la corrupción de Ábalos y Cerdán o los problemas judiciales de su mujer y su hermano, ya que no los han sabido gestionar ni jurídica ni mediáticamente. Al margen del aspecto ético de los Gómez teniendo negocios vinculados con la prostitución femenina y masculina, al margen de cuál fuera el reparto de funciones entre los hermanos, está la acusación directa a Sánchez de haberse beneficiado de ellos. El silencio no es una opción, porque seguirán publicándose noticias sobre Sabiniano y el PP y Vox, como es lógico, seguirán mostrando la incoherencia ética y política de un abolicionista que tiene este pasado reciente. Las portavoces del PSOE y Sumar tendrán que callar en la Asamblea de Madrid al igual que los lenguaraces Óscar y Patxi López o Yolanda Díaz en sus ataques contra Ayuso, porque tendrán que aguantar que les recuerden las saunas y los prostíbulos de la familia Gómez. Es lo que han conseguido Sánchez y sus seguidores con su perseverante imprudencia dialéctica, atacando sin fundamento, por cierto, a las familias de sus rivales.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)