
El canto del cuco
La sucesión de Sánchez
El «acoso» judicial sobre él y su familia sería una razón añadida para seguir cobijado en el palacio de La Moncloa evitando males mayores
Hay una corriente de opinión, cada vez menos minoritaria, que muestra una preocupación creciente por la difícil salida a la actual situación política de España. La nutren los que sospechan o parecen convencidos de que Pedro Sánchez es capaz de todo para perpetuarse en el poder. Son los que dudan de las verdaderas convicciones democráticas del personaje y colocan el espejo en las dictaduras americanas de izquierda, como la venezolana de Maduro. Justifican su pesimismo en lo que consideran una deriva autoritaria del Gobierno con el sometimiento del Parlamento y el intento de control del poder judicial. Favorecen este temor su demostrada disposición a «comprar» votos al coste que sea, el control absoluto del partido, las pulsiones autárquicas evidentes y el empeño en impedir que haya una alternativa. El «acoso» judicial sobre él y su familia sería una razón añadida para seguir cobijado en el palacio de La Moncloa evitando males mayores.
Junto a esta corriente pesimista, que está en gran manera desactivada por nuestra pertenencia a la Unión Europea, además de por la vigilancia de la Justicia y la Prensa no sometidas e independientes, empiezan a aparecer, no sólo en los ambientes socialistas, las cábalas sobre la sucesión de Sánchez, una incógnita peliaguda, difícil de despejar en estos momentos. Sus seguidores más entusiastas y serviciales siguen pregonando que hay Sánchez para rato. Aventuran incluso que el «puto amo» aguantará en el poder esta legislatura y la siguiente, dispuesto a celebrar en el año 31, como se merece, el centenario de la República, lo mismo que ahora la muerte de Franco. Que la derecha pierda toda esperanza, dicen. Sin embargo, parece cierto que su intención, según ha confesado a su círculo íntimo, es agotar esta legislatura y no encabezar el cartel electoral en 2027. Así que, si todo va como está previsto, a Pedro Sánchez le quedan tres años de presidente.
La evidente inestabilidad de su Gobierno, pendiente de la voluntad de los que lo sostienen, como Puigdemont y Pablo Iglesias, hace que, con el comienzo del año, empiecen a proliferar las quinielas sobre la sucesión del dirigente socialista. Uno de los que se ha atrevido a publicar el pronóstico ha sido precisamente el líder en la sombra del renacido Podemos, que no suele dar puntada sin hilo. Según Iglesias, lo ha dicho en TV3, la guerra de sucesión ha comenzado, y los mejor colocados, descartada María Jesús Montero, «exiliada a la Siberia andaluza», son Óscar Puente, «candidato trumpista de izquierdas», y Salvador Illa, que es el que parte con ventaja. Pero vaya usted a saber.
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