Historia

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El casino de Mena

La España del siglo XIX trajo consigo, entre otros proyectos de origen cultural, la fundación de los casinos, asociaciones promovidas por integrantes de una tertulia formada, generalmente, en los salones de un café

La Razón
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La España del siglo XIX trajo consigo, entre otros proyectos de origen cultural, la fundación de los casinos, asociaciones promovidas por integrantes de una tertulia formada, generalmente, en los salones de un café. La mayoría de ellos se constituyeron durante el reinado de Isabel II, tal es el caso de los de Madrid, Cádiz o Murcia, pero fue la etapa de la Restauración la que los impulsó definitivamente con la Ley de Asociaciones del 30 de junio de 1887, coincidiendo con la inauguración del de San Sebastián.

Era el casino una forma de sociabilidad, de carácter exclusivista, que albergaba un espacio de encuentro, discusión e intercambio de ideas entre sus socios. Círculos privados, para hombres, cuyo primer cometido quedaba recogido en sus Estatutos, y ejecutados por una Junta Directiva, elegida entre sus miembros por un periodo determinado. Con el paso del tiempo, los casinos se fueron convirtiendo en centros de reunión, juego y ocio, con una clara adhesión a la burguesía.

En septiembre de 1916, un grupo de intelectuales del Valle de Mena (Burgos) decide fundar una sociedad con el fin de apoyar la candidatura del liberal Julián Calvo, frente a la casi solariega de Gumersindo Gil, diputado por la circunscripción de Villarcayo desde 1891 hasta su muerte en 1918. La sede quedó instalada en el «Café Arruti» y entre comidas y partidas de cartas sus integrantes se afanaban en encontrar la forma de derrocar al cacique. Durante años, las luchas políticas entre «calvistas» y «gilistas» orlaron el panorama político del Valle, empleando toda clase de argumentos para derrocar al oponente y/o alcanzar un puesto en la arena política de primera fila que permitiera interferir en los debates parlamentarios en beneficio de la circunscripción que representaban.

Resultado de aquella reunión nace el Círculo Liberal, decidido a apoyar y aupar a los liberales de Sagasta y Canalejas frente a los conservadores de Dato y Maura en sus respectivos turnos. El club, con claros matices políticos, queda representado por una junta directiva, al frente de la cual se emplaza Gonzalo Ruigómez Gorostiza. Con el apoyo de ciertos sectores de la prensa bilbaína y especialmente de la revista «Amania», «creada para la defensa de los intereses del distrito de Villarcayo» y dirigida por Estanislao María de Aguirre, «Sánchez», cuya batalla impresa iba directamente dirigida contra el cacique Gil. Contaba el Círculo Liberal con tres presidentes de honor: Álvaro Figueroa y Torres, Conde Romanones, y los meneses Julián Calvo y Sergio de Novales y Sainz de Baranda, diputados a Cortes.

La vida del Círculo Liberal no fue longeva, pero la idea de la asociación no quedó en saco roto e inmediatamente se pensó en modificar el primitivo ideal y transformarlo en algo de mayor interés para todos los meneses. Así fue como la utopía se convierte en realidad y el 9 de agosto de 1925, impulsado por un menés de gran valía y entusiasmo, Enrique Zorrilla de la Arena, se inaugura el Círculo Unión Menesa, con sede propia, costeada por sus socios. El propósito queda recogido en sus Estatutos, asegurando que su objetivo era «estrechar lazos de unión entre los buenos meneses para fomentar por todos los medios convenientes la cultura del país».

Los años de la Guerra Civil y la posguerra fueron tremendamente duros debido a los avatares por los que atravesaba el país, en general, y el Valle de Mena, en particular. En los años cuarenta, un huracán, y un incendio, en los cincuenta, estuvieron a punto de comprometer el proyecto. Una vez más, los socios se hicieron cargo de levantar con su peculio el edificio, diseñado por los arquitectos Barroso e Hijos, quienes de forma desinteresada delinearon el nuevo proyecto. Inaugurado en agosto de 1959, el edificio pasa a denominarse Casino de Mena, y en él las generaciones de jóvenes han vivido momentos de diversión y solaz entretenimiento: concursos de cartas, disfraces, paellas y, sobre todo, sus afamadas verbenas, a las que se acudía desde los lugares más lejanos. En los últimos veinte años, además de seguir las viejas pautas de amistad y recreo, se han llevado a cabo cursos de conferencias, círculos de información de índole turística e, incluso, conciertos.

Hoy el Casino de Mena, que nunca tendría que haber dejado de llamarse Círculo Unión Menesa, celebra su primer centenario, recordando a los que trabajaron en la cimentación de este ideal. Rendimos con ello homenaje a todas las personas que de forma desinteresada consagraron y consagran su tiempo y su esfuerzo al fomento y patrocinio de esta sociedad que siempre ha pretendido impulsar la unidad y la cultura de los meneses, glosada por personajes de la cátedra, del periodismo y la abogacía, tanto de Burgos como del resto de España, con aportaciones de gran relieve.