Las correcciones
Trump, desatado
En Europa existe una seria preocupación de que un segundo mandato suponga un vaciado de la OTAN
Quedan solo unos días para conocer quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca y las encuestas dibujan unas elecciones muy ajustadas, las más reñidas en los estados decisivos de los últimos cincuenta años. O el expresidente Donald Trump regresará a la Casa Blanca o la vicepresidenta Kamala Harris se convertirá en la primera mujer afroamericana en ser presidenta de Estados Unidos. La carrera es tan apretada que es difícil predecir nada. «The Economist» subía ayer la posibilidad de victoria de Kamala Harris en seis puntos porcentuales actualizando la media de las encuestas diarias. Los avances de Harris se concentran en el Rust Belt, el cinturón industrial, donde los sondeos le daban una ligera ventaja en Michigan y Wisconsin y un empate en Pensilvania. La demócrata también mejora sus posibilidades de ganar en Carolina del Norte, donde Donald Trump tiene todavía una estrecha ventaja. El margen de error de las encuestas refuerza la idea de que la victoria puede caer en cualquiera de los dos lados. El republicano mantiene sus esperanzas en el Cinturón del Sol, en los estados de Nevada, Arizona o Georgia.
La sensación, sin embargo, en la recta final de la campaña es que un Trump 2 es un escenario más que factible. Muchos votantes consideran que la retórica incendiaria del candidato republicano es solo eso: fuegos de artificio. Reducen las elecciones a una decisión racional y pragmática sobre qué candidato gestionará mejor la economía y sus impuestos y otra más ideológica de cuál es su posición en cuestiones tan divisivas como la inmigración o el aborto. Recuerdan que el primer mandato de Trump no fue tan catastrófico como muchos demócratas anunciaron. La economía fue viento en popa hasta la pandemia y no se enfrentó a grandes conflictos en el exterior. La crisis más grave fue interna con el asalto al Capitolio el 6 de enero en un intento desesperado por impedir la designación de Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Los cinco muertos que dejaron los disturbios no parecen que tengan un lugar destacado en la memoria de los estadounidenses. Muchos votantes creen que las instituciones estadounidenses amortiguaron los excesos de Donald Trump y que harán lo mismo en el caso de que gane las elecciones del 5 de noviembre.
No obstante, la idea de que en un segundo mandato Trump se moverá por un instinto de venganza contra los funcionarios del Departamento de Justicia y que podrá utilizar los resortes del poder para acobardar a posibles enemigos es un temor tan real como su posible victoria. Por esa razón Jeff Bezos, el multimillonario propietario de Amazon y «The Washington Post», rompió con la tradición anglosajona de pedir el voto para uno de los candidatos e impidió que se publicara un apoyo a Harris. Bezos aseguró que quería reforzar la independencia del periódico, no pelotear a Trump, pero una décima parte de sus suscriptores han llegado a la conclusión contraria y cancelaron su membresía. El mismo ejemplo siguió el grupo que publica «USA Today». En Europa, un regreso del republicano a la Casa Blanca desata pocas alegrías más allá de la Viktor Orban en Hungría. Existe una seria preocupación de que un segundo mandato suponga el colapso de la OTAN como anhela Putin.
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