
Canela fina
Universalidad de la Iglesia Católica
«El funeral del Papa demostró el ecumenismo de la Iglesia Católica y su universalidad como primera potencia espiritual del mundo»
Si los Estados Unidos de América están reconocidos como la mayor potencia militar del mundo, el Vaticano es la primera potencia espiritual. El funeral de Francisco, Sumo Pontífice, es decir, sumo hacedor de puentes, demostró, a través de las imágenes difundidas por la televisión y las plataformas, el ecumenismo de la Iglesia, católica, la universalidad del Vaticano. Cardenales y arzobispos de los cinco continentes escoltaron en la basílica de San Pedro la salida del ataúd con los restos mortales del Papa. Las cifras de la plaza de San Pedro y del exterior de la basílica abruman: allí estuvieron representantes de casi todas las naciones del mundo: Reyes, presidentes y jefes de Gobierno, dignatarios y autoridades. Centenares de miles de personas acompañaron al Papa fallecido durante la ceremonia religiosa y en el traslado del ataúd hasta su estancia definitiva. Toda una exhibición del esplendor en la hierba, de la humildad y la profundidad del mensaje católico a una Humanidad zarandeada por el hedonismo, la violencia y el relativismo. Ah, y algo que conviene recordar cuando el Espíritu Santo se dispone a elegir a un nuevo Papa, a través del Cónclave. La Iglesia Católica es ecuménica pero sin olvidar que casi la mitad de los católicos del mundo hablan español; que las naciones de mayoría católica en América, en Asia y en África han sido evangelizadas por España, empezando por Brasil. El gran país iberoamericano camina hacia los 300 millones de habitantes. En 1580, cuando Felipe II de España se convirtió en Rey de aquella nación, encomendó al español Padre José Anchieta, hoy santo, la evangelización del pueblo brasileño. No quiero dejar sin señalar la labor que misioneras y misioneros españoles han hecho en los últimos años robusteciendo la Iglesia Católica, la Iglesia de Teresa de Calcuta, la iglesia de los desfavorecidos. En parte sustancial de los hospitales que tratan las graves enfermedades infecciosas, en los asilos de ancianos, en las instituciones dedicadas a los desfavorecidos permanecen religiosas y religiosos católicos, en su mayoría españoles. La contemplación el domingo pasado de los actos de Roma dejaron atónitos a esos partidos minúsculos que en España ofenden a la Religión Católica, escupen a su Iglesia, alentaron en su día la quema de conventos y propugnan abolir las procesiones. La libertad de cultos debe respetarse, con especial atención en la España evangelizadora de medio orbe, luz de Trento y cuna de San Ignacio.
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