Sánchez quiere elecciones anticipadas

La regeneración que se ha inventado Sánchez solo persigue justificar la convocatoria de unas elecciones anticipadas. Le gusta ganar. Por eso, nunca abandonará el poder por la puerta de servicio que es lo que hubiera sido su dimisión. Es cierto que su última operación ha sido un estrepitoso fracaso. En la vida se cometen aciertos y errores, pero no hay que hacer es el ridículo. Ha conseguido dos entrevistas masaje, la movilización de 12.000 fieles, ver a la vicepresidenta convertida en una hooligan en un intento de hacer méritos para la sucesión y al gabinete en pleno ejerciendo de plañideras de una dimisión que nunca se produjo. Ha confirmado que el PSOE es una secta a su servicio y que es «el puto amo», como diría ese fino intelectual llamado Óscar Puente. Me alegro que sea un presidente enamorado, pero ha montado un culebrón para esconder los líos que tienen tanto él como su partido. No ha salido como esperaba. Es listo y sabe que es así. Los pelotas del sanchismo le han hecho la pelota, los medios y los periodistas afines le apoyan ahora como le denostaron antaño y su plan de regeneración es tan inconsistente como inviable.

Es cierto que ha conseguido embarrar el terreno de juego, polarizar la política hasta unos extremos insoportables y crear un relato victimista, pero nada más. No ha dado explicaciones de nada y actúa como si fuera un ser supremo que está por encima de todos nosotros. Me gustaba más Pedro que este presidente calculador. Alguien le tendría que recordar que todo es efímero y especialmente el poder. Ha montado una farsa para teatralizar una estrategia que busca revertir un escenario desfavorable. No podemos permitir que acabe con la independencia del Poder Judicial y los medios de comunicación. Por utilizar un símil del Derecho Penal, está preconstituyendo pruebas para conseguir su auténtico objetivo que es justificar unas elecciones anticipadas. Espera sacar un buen resultado en Cataluña y aguantar la sangría en las europeas para decir que necesita una mayoría para esa regeneración que se ha inventado. Ha montado este lamentable espectáculo de chico quiere a chica y chica quiere a chico con el objetivo de seguir mucho tiempo en La Moncloa. No quieren abandonar el palacio para irse a vivir a un piso. Lo entiendo.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones. (UNIE)