
«De Bellum luce»
Vox, ¿marcaje al «sanchismo» o al PP?
El futuro del centro derecha lo decidirá el formato de relación que establecen PP y Vox con los resultados autonómicos y municipales en la mano
Vox ha cifrado las expectativas en las elecciones del domingo en la afirmación de que son el partido que más van a crecer. Es un objetivo ambicioso, que, de ejecutarse, supondría echar tierra sobre los pronósticos demoscópicos, cosa que, por otra parte, ya ha sucedido en más ocasiones. Ahora bien, lo interesante de estos resultados va a ser hasta dónde van a llegar en la exigencia de gobierno, si harán un marcaje al «sanchismo» o un marcaje al PP, ya que esto puede tener una influencia determinante en cómo se reordene el voto para las elecciones generales.
El futuro de la izquierda depende de si se presentan en tres listas o en dos, y eso se decidirá en la mesa de negociación entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz que se constituya con los resultados del 28M en la mano. Y el futuro del centro derecha lo decidirá el formato de relación que establecen PP y Vox con los resultados autonómicos y municipales también en la mano. Sin duda que la capacidad de presión de Abascal viene condicionada por la fuerza que obtenga en las urnas y la relevancia de las plazas en liza. El deseo de la dirección nacional del PP es que barones y alcaldes se conjuren para limitar los acuerdos de coalición con los verdes. Algo así como resistencia numantina para obligarles a aceptar pactos de colaboración parlamentaria, sin entrar en los gobiernos. Pero esto choca con las ambiciones de poder de los partidos regionales, y también con las ambiciones personales de los candidatos.
El sacrificio por la causa del líder nacional del PP no se exigirá desde Génova porque ni está en la manera de entender el funcionamiento interno de la organización de Feijóo ni tampoco sería viable en su ejecución, más que para generar posibles conflictos con segundas derivadas para las generales. Génova necesita un equipo unido y movilizado para los meses de campaña que seguirán al descanso vacacional, y el buen rollo es una condición imprescindible para avanzar en esa dirección. Los ex presidentes Aznar y Rajoy andan ya explicando que su partido debe ser capaz de resistir al marcaje de Vox y no tragar con nuevas coaliciones de gobierno. Y a ser posible, romper la que existe en Castilla y León cuando pase el 28M, para llegar así limpios e inmaculados a la batalla de las generales. Si se diera este marco político, la izquierda se quedaría sin munición para movilizar a su gente contra la amenaza de la plaga de la «extrema derecha» y, a su vez, atada a los radicales de izquierda, a ERC y a Bildu. Pero todo está en manos de las urnas y del relevante factor personal.
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