Polémica

Puigdemont se queja de que en Barcelona se hable castellano: "Han hecho del español la lengua del régimen y de la represión"

Ha apelado al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para ver qué hará ante esta situación

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont
El expresidente de la Generalitat, Carles PuigdemontAgencia EFE

El líder de Junts, Carles Puigdemont, ha advertido este viernes de una "deriva supremacista en castellano" desde hace tiempo en Barcelona.

Lo ha dicho en un mensaje en 'X' en el que respondía al hilo del escritor Pep Antoni Roig, donde explicaba que la camarera de un bar de Barcelona no le había dejado poner una canción en catalán porque odiaba "todo lo catalán", en sus palabras.

Ha puesto en duda que este odio hacia el catalán sea la manera en que se convencerá a los catalanohablantes a dejar su lengua y "abrazar" la lengua en la que, según ha dicho, les pegan, les insultan, les espían y les persiguen.

Ha apelado al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, para ver qué hará ante esta situación, ya que, según ha explicado, se va a manifestar los derechos de las minorías en otros países, pero en su ciudad "permite" que en un establecimiento abierto al público se practique el odio contra los catalanohablantes, textualmente.

Ha añadido que si el Ayuntamiento quiere que Barcelona sea una ciudad de convivencia y abierta al mundo, debe "erradicar estas actitudes supremacistas", que, en sus palabras, no pueden tener cabida en el país ni en la UE.

En la capital catalana se habla mayoritariamente en castellano, tanto en la vida cotidiana como en la mayoría de entornos laborales y comerciales. Esta hegemonía lingüística del castellano se hace aún más evidente en el conjunto del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), donde el catalán, aunque presente, no es la lengua vehicular principal para la mayoría de la población.

Además, políticamente, la AMB está dominada por fuerzas no independentistas. El PSC gobierna en la mayoría de los grandes municipios metropolitanos, incluyendo Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat, las dos ciudades más pobladas de Cataluña, lo cual indica un modelo de gestión alejado del discurso nacionalista. Incluso el Partido Popular gobierna dos ayuntamientos clave del área: Badalona (con mayoría absoluta del alcalde Xavier García Albiol), la tercera ciudad más grande de Cataluña, y Castelldefels, uno de los motores turísticos del litoral catalán. Esta configuración sociopolítica y lingüística refleja una realidad muy diversa, lejos del marco que Puigdemont denuncia.