A pesar del...

Warren, chantajista triple

Warren Sánchez confía en asegurarse la presidencia antes de que los costes políticos que pagará por el triple chantaje superen los beneficios

Warren Sánchez, el amnistiador que tiene todas las respuestas, también está dispuesto a todos los chantajes para consolidar su poder. Daré solo tres ejemplos: los socios, los socialistas, y la sociedad.

La extorsión de Warren a los socios es: o me investís o vendrá Albertinho Feijoada, el líder carioca del PP, y la samba puede empeorar para todos.

Hay complicaciones de todo tipo, chantajistas chantajeados, contradicciones y titubeos, porque los participantes no conocen los costes y los beneficios que producirán a medio plazo las estrategias que adopten hoy, pero la realidad del chantaje es incuestionable, y explica la última maniobra de Albertinho: acercarse a los nacionalistas. Ha desconcertado a muchos, pero tiene lógica, a saber, indicar que no es tan malo.

El segundo chantaje, dirigido a los propios socialistas, es un clásico de las alternativas. Con análogo disimulo que en el caso de los socios de investidura, el mensaje de Warren a sus compañeros es también claro: afuera hace mucho frío. González y Guerra pueden ponerse estupendos, pero ellos no viven ya de la política.

Por fin, el tercer chantaje es al conjunto de la sociedad, y consiste en insistir no solo en que la derecha es la demoníaca reacción sino en que la izquierda es el angelical progreso.

Mientras que los dos primeros son ocultos, el tercero tiene que ser divulgado sin cesar, y por eso la propaganda de Warren y su banda se centra en tapar lo malo de su gestión y en disfrazar y distorsionar lo bueno. Por ejemplo, las cifras económicas, y en particular el empleo. Diego Barceló señaló en Expansión el desajuste de los datos de ocupación y paro, porque nuestra economía registra una menor expansión del PIB y a la vez un mayor crecimiento del empleo. Es porque caen las horas trabajadas: «El aumento de los ocupados que no trabajan hace necesario que, para mantener la producción, sea necesario contratar personal de reemplazo. El cacareado récord de empleo no es tal, y también conlleva una pérdida de productividad preocupante”. Barceló concluye con acierto que ese aumento del empleo es insostenible, porque llega un punto en el que las cuentas no cuadran, «y deja de contratarse personal de reemplazo».

Warren Sánchez confía en asegurarse la presidencia antes de que los costes políticos que pagará por el triple chantaje superen los beneficios.