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Joseph Zen, ex cardenal de Hong Kong: «Los fieles llevan años siendo hostigados»

LA RAZÓN se reunió el pasado abril con este obispo emérito de 86 años en el complejo de los Salesianos, donde reside desde 2009 y sigue el día a día de lo que sucede en la región

Joseph Zen, ex cardenal de Hong Kong: «Los fieles llevan años siendo hostigados»
Joseph Zen, ex cardenal de Hong Kong: «Los fieles llevan años siendo hostigados»larazon

LA RAZÓN se reunió el pasado abril con este obispo emérito de 86 años en el complejo de los Salesianos, donde reside desde 2009 y sigue el día a día de lo que sucede en la región.

Desde que el Partido Comunista chino (PCC) de Mao Zedong expulsara al nuncio apostólico en 1951, la Santa Sede y China han mantenido una larga serie de desencuentros que les ha impedido restablecer las relaciones diplomáticas rotas entonces. A consecuencia de ello, en el gigante asiático coexisten una Iglesia católica oficial (conocida como «patriótica») a las órdenes de Pekín –que cuenta con siete obispos designados por el PCC a los que se opone Roma– y otra semiclandestina que obedece al Santo Padre, en la que unos 30 obispos operan con su bendición pero sin la aprobación del Gobierno comunista.

Aunque los Papas anteriores expresaron en uno u otro momento su esperanza por restablecer esos lazos diplomáticos, ha sido bajo el mandato de Francisco cuando se ha conseguido. Frente a esos avances, también han ido surgiendo voces alertando de que el Vaticano podría estar cometiendo un grave error. Una de las más críticas es la del ex cardenal de Hong Kong, Joseph Zen, quien en abril de este año desveló que Roma había solicitado a dos de sus obispos en el país asiático que se retiren y cedan su puesto a dos prelados de la Iglesia patriótica y acusó al Vaticano de «vender a la Iglesia católica en China».

Un mes más tarde de aquellas declaraciones, LA RAZÓN se reunió con este obispo emérito de 86 años en el complejo de los Salesianos en el que reside desde 2009, en donde sigue el día a día de lo que sucede en la región.

¿Con un acuerdo hay más posibilidades de que la Iglesia pueda contribuir a una democratización de China y a lograr mayores libertades?

Ahora mismo, no podemos ni soñar con algo así. El PCC cada vez controla más todos los ámbitos del país. Que su líder (Xi Jinping) haya anunciado que va a eliminar el límite de dos mandatos presidenciales nos demuestra que las cosas no van a ir a mejor, sino todo lo contrario. Si nuestros obispos y sus fieles pasan a integrarse en la Iglesia oficial, su libertad desaparecerá.

¿Cómo analiza la predisposición del Papa con China?

Tiene un gran corazón, quiere a todo el mundo y que todos sean sus amigos, pero no ha experimentando la maldad de un régimen totalitario comunista. Viene de Sudamérica, donde los regímenes militares y los ricos oprimían a los pobres. Allí, los comunistas defendían a los pobres, por lo que eran castigados, al igual que muchos miembros de la Iglesia, varios de ellos jesuitas.

-¿Cómo puede afectar a Taiwán, que cuenta con el Vaticano como único aliado en Europa, la firma de un acuerdo como éste?

-Roma ya ha dejado muy claro que prefiere mantener relaciones con China que con Taiwán, es solo cuestión de tiempo. Se sentirán traicionados y pensarán que la Iglesia no es justa ni leal.

¿Cómo cree que será la reacción de los fieles de la Iglesia clandestina?

Habrá creyentes que saldrán de la clandestinidad. No hay que olvidar que muchos llevan años siendo hostigados y arrestados por las autoridades. Pero otros se van a sentir traicionados y pensarán que el acuerdo va contra nuestra fe. A todos ellos, yo les pido que no se rebelen contra el Papa. Si su conciencia les dicta que el acuerdo no es bueno, que vayan a sus casas y vivan la fe en su corazón.