Asuntos sociales

La crisis está en el hombre

Análisis

La Razón
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–Ha sido el responsable de la edición de «Redescubrir la familia» y «En la salud y en la enfermedad», que ahondan en los problemas de la familia y en sus soluciones. ¿Coinciden con lo debatido en el Sínodo?

–Hay un diagnóstico claro: ni el matrimonio ni la familia están en crisis. La crisis está en el hombre de hoy, en cada uno de nosotros, pues desconfiamos de nuestras capacidades. Tenemos miedo al compromiso y a no saber superar juntos las dificultades.

–¿Que destacaría del debate entre los padres sinodales?

–Ha sido un análisis muy rico que plasma tanto la diversidad de los problemas como la pluralidad de los enfoques. No debe interpretarse este Sínodo como un debate entre «misericordiosos» y «rigoristas», sino como una reflexión sobre los mejores modos de ser misericordiosos. Finalmente, la convicción unánime de que la ayuda a la familia es una de las tareas principales de la Iglesia.

–Se ha hablado mucho de los divorciados vueltos a casar.

–Cualquier problema que afecte a las personas debe ser un problema de la Iglesia. Hay personas divorciadas vueltas a casar que siguen siendo creyentes y que, afortunadamente, desean participar en la vida de la Iglesia y de hecho participan. No es cierto que hayan sido ignoradas hasta ahora ni que la imposibilidad de comulgar sea una especie discriminación. Los divorciados vueltos a casar deben ser acompañados con gran cariño en sus parroquias. Todo el que se casa busca no fracasar en su matrimonio y a eso quiere ayudarle la Iglesia.

*Catedrático de Historia del Derecho Canónico de Univ. Eclesiástica San Dámaso