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Marcelo Sánchez Sorondo: «El mundo se ha olvidado de la Tierra para exaltar al hombre»
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El arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo es el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias. Considera que «Laudato si» es un texto «audaz» que parte de la «razón científica» para introducir el «imperativo moral y religioso» en la protección de la naturaleza. En su opinión, otra de las grandes aportaciones es la propuesta de Francisco para que la modernidad dé «un cambio radical», pues hasta ahora se había «olvidado de la Tierra» en su «exaltación del hombre».
–¿Cuál es la mayor aportación de la encíclica al Magisterio de la Iglesia?
–Es la primera vez que se introduce la idea de la ecología integral, preocupándose por la situación de nuestra casa común, la Tierra. Es el tema central. El texto tiene un enfoque audaz y moderno. La redacción es ágil, propia del Papa. No nos encontramos ante un texto escrito en «teologués», como dicen los italianos. Naturalmente, la primera fuente fundamental del Papa es la fe. En la Biblia se presenta al hombre como al administrador de la casa común. Otra novedad es que parte de una razón científica. La utiliza como fuente para tratar los problemas de la Tierra. Acepta las categorías de la ciencia moderna. Lo hace cuando parte de que el clima está cambiando para explicar el calentamiento global.
–A Francisco le han llovido críticas desde EE UU antes incluso de que la encíclica fuera publicada por denunciar que la acción del hombre resulta determinante. ¿Le han afectado estas voces?
–Me satisface que, pese a que se decía que mantendría una postura «light», no ha sido así. Dice claramente que el calentamiento está relacionado con la acción del hombre al utilizar los combustibles. Y va más allá al introducir la consideración religiosa: estamos destruyendo la Tierra y eso constituye un pecado contra Dios. Introduce el imperativo moral y religioso.
–En su pontificado ha hecho continuas críticas a lo que él llama «la cultura del descarte». ¿Da un paso más al ligar esta denuncia con el maltrato al medio ambiente?
–Introduce el concepto de ecología integral. Cuando el hombre actúa movido sólo por el ansia de lograr un provecho, acaba dañando tanto al ser humano como a la naturaleza. Francisco introduce además en la encíclica la idea de la Madre Tierra, tan celebrada en América Latina. Otra tesis significativa es la denuncia de que los que sufren los efectos del problema son los pobres.
–¿Qué consecuencias puede tener la encíclica para la Iglesia?
–Con un estilo muy concreto, jesuítico y franciscano, ofrece consejos prácticos para actuar, lo que a mí me impresiona. También me llama la atención la continua citación de documentos de las conferencias episcopales. Una de las reacciones que espero es la creación de comisiones de medio ambiente en las conferencias episcopales, formadas por científicos y sacerdotes que trabajen en este campo. No entiendo tampoco por qué estas cuestiones no se estudian en las universidades católicas. El mundo moderno se ha olvidado de la Tierra para exaltar al hombre. Francisco propone un cambio radical para llegar a un modo nuevo de entender la modernidad.
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