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Buenos Aires

Profundamente mariano

La Razón
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Francisco está en Brasil y eso es motivo de alegría para gran parte de la gente que habita en el gigante sudamericano. El motivo principal de la visita es la JMJ Río 2013, pero el Papa, un hombre profundamente mariano, no ha querido dejar de visitar el Santuario Nacional de Aparecida, el santuario mariano más grande del mundo, donde este miércoles, 24 de julio, celebrará una misa.

Pero para Francisco, como para toda la Iglesia Latinoamericana y del Caribe, Aparecida representa mucho más que el lugar físico del Santuario, pues nadie olvida que allí fue celebrada entre el 13 y el 31 de mayo de 2007 la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y El Caribe. En el Documento Conclusivo, del cual el entonces cardenal Bergoglio fue relator, aparecen reflejadas algunas de las ideas y actitudes de quien visita de nuevo este lugar como Papa Francisco.

En primer lugar, cabría destacar la idea de Iglesia Misionera, que ya aparece reflejada en el Título del Documento Conclusivo de la Conferencia: «Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida», y sobre todo en la llamada que hace para «poner a la Iglesia en estado permanente de misión» (DAP 551), y que desde el inicio de su pontificado está presente en las palabras de Francisco: «Prefiero una Iglesia accidentada por salir, que enferma por encerrarse» (Homilía de la Vigilia de Pentecostés de la «Jornada con los movimientos, las nuevas comunidades, las asociaciones y las organizaciones laicales»). Esta idea de misión se ha concretado en la Iglesia Latinoamericana en lo que se ha llamado «Misión Continental», que ha hecho parte de la vida de muchas diócesis, parroquias y comunidades en los últimos años, y que el cardenal Bergoglio tanto incentivó siendo arzobispo de Buenos Aires.

Una segunda idea que aparece en el Documento de Aparecida y que es una constante en la vida de Francisco son los pobres. En el Documento aparecen referencias a los pobres en más de sesenta parágrafos, con expresiones como «opción preferencial por los pobres», «Iglesia que asume la causa de los pobres», «casa de los pobres de Dios» «presbíteros-servidores de la vida: que estén atentos a las necesidades de los más pobres». En el encuentro con los más seis mil periodistas que habían cubierto el Cónclave y que tuvo lugar el último 16 de marzo, el Papa dijo: «Como me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres», arrancando un fuerte aplauso de los presentes. Estas alabanzas de las actitudes que muestran la simplicidad del Papa Francisco ha sido una constante en estos primeros meses de Pontificado y está siendo destacado por los medios de comunicación locales en sus primeras horas en suelo brasileño.

Aparecida y Francisco son dos caras una misma moneda, de una Iglesia que quiere ir al encuentro de la gente a partir de una vida pobre, como la mejor forma de testimoniar el mensaje del Evangelio.