Entrevista

«Resulta repugnante que se cuestione el Concilio Vaticano II»

El filósofo mexicano Rodrigo Guerra acompaña a la Iglesia latinoamericana en nombre del Vaticano con iniciativas como la Academia de Líderes Católicos

El filósofo mexicano Rodrigo Guerra
El filósofo mexicano Rodrigo GuerraLa Razón

América Latina parece tomar las riendas de la Iglesia. No solo porque un argentino sea Papa. En Estados Unidos los católicos hispanos ya son más que los anglosajones. Prueba de ello es el desembarco esta semana de la Academia de Líderes Católicos de América Latina en Nueva York a través de un diplomado sobre Doctrina Social en la Universidad de Saint John. Y todo, con el respaldo de Roma, a través del filósofo mexicano de 58 años Rodrigo Guerra, secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, el organismo vaticano que asesora a las diócesis del continente.

Once años con el primer pontífice latinoamericano de la historia. Hay a quien se le sigue atragantando el mate de Francisco…

Con más de una década a sus espaldas, el pontificado del Papa Francisco ya nos permite empezar a hacer balances más integrales. Por supuesto, jamás una palabra es definitiva, pero las resistencias que hoy se presentan por ambos flancos, tanto por el ultraconservador como por el ultraliberal, reflejan en el fondo no tanto que la persona de Francisco ha indigestado la mente y en el corazón de algunos, sino que es el propio Concilio Vaticano II el que ha resultado una presencia incómoda en el momento en que este Papa busca ponerlo en el centro de la vida eclesial. Resulta repugnante que el Concilio esté en cuestión y que el Papa Francisco sea el chivo expiatorio que desean que sea sacrificado.

Con Juan Pablo II, los polacos tomaron el Vaticano. Con Francisco, ¿lo han copado los latinos?

No. Francisco está ayudando a la Iglesia a hacerse más católica, más universal, más internacional. Por supuesto que hay algunos latinoamericanos, pero el Papa ha incluido a muchas personas de muy diversas nacionalidades dentro del proceso de renovación en la Curia romana. Esperemos que tenga sus reflejos también en las estructuras de las diócesis de todo el planeta. Si como iglesia aprendemos esta lección, dentro de unos años veremos una Iglesia más plural y más internacional, frente a un club de amigos que buscan privilegios sectoriales.

La elección de Francisco ¿habla de una Iglesia latinoamericana que ya es mayor de edad?

Tenemos solo 500 años de existencia y, en términos de Iglesia, creo que nos debemos seguir considerando una Iglesia joven, pero una Iglesia joven que ya puede decir una palabra. Es decir, una joven adulta que tiene derecho a ser escuchada y que puede contribuir al bien de Iglesia universal. Tenemos que decir esta palabra con modestia, con humildad, jamás con prepotencia, pero sí confiando en la experiencia de nuestra región para poder ayudar a otros en su renovación, para una mayor fraternidad eclesial y social.

Hoy, Venezuela se enfrenta a unas elecciones cruciales…

En la Pontificia Comisión continuamente observamos la realidad latinoamericana. Los procesos electorales particulares como el de Venezuela son motivo de nuestra atención. Lo importante es que el pueblo sea escuchado y atendido, jamás usado y manipulado. Y, si bajo esas condiciones, aparece un vencedor del proceso electoral, lo importante es que se respete. Y que se respete el Estado de Derecho, es decir, las condiciones legales elementales que requiere un proceso político democrático para ser limpio, para ser honorable, para ser conforme a la verdad y a la justicia. Si eso sucede, creo que todos podremos celebrar en los próximos días que Venezuela ha dado un paso hacia adelante. Si los resultados electorales, al contrario, se vician con intereses sectoriales, con el deseo de que se gane a toda costa a pesar de la voluntad del pueblo, las cosas se pueden complicar. Esperemos que el pueblo pueda dar su palabra a través de su voto. Dios también tendrá que ayudar al pueblo venezolano a encontrar un camino para una mayor libertad y una mayor verdad en su forma de de vivir y de organizarse.

En Nicaragua hay obispos encarcelados, curas y monjas en el exilio, las ONG eclesiales prohibidas... ¿Hay peligro de contagio?

Por supuesto que el proceder del presidente nicaragüense afecta no solo a Nicaragua, sino a toda la región. No es bueno que de repente un gobierno sienta que encarcelando a agentes de pastoral se resuelven las cosas. Nunca este tipo de medidas resuelven las crisis. Todos nos tenemos que tener una enorme paciencia y diálogo, y aplicar esfuerzos heroicos ante la realidad dolorosa de Nicaragua. Nunca debemos optar por soluciones no pacíficas, siempre afirmando la paz para reencontrar algún camino para configurar una sociedad más democrática y plural.

Impulsor de la Academia de Líderes Católicos: ¿el objetivo es fundar partidos políticos católicos lo mismo en Nicaragua que en Venezuela?

Cuando el Papa Francisco recibió a los miembros de la Academia en 2019 fue clarísimo: Ya basta de creer que una fórmula política concreta puede abanderar el Evangelio en la vida social de una nación. Es necesario superar la tentación de la unidad política de los católicos en un único partido. Deben existir católicos en todas las expresiones políticas. De una misma fe, pueden derivar muy diversos compromisos políticos. Y eso es bueno y querido por la Iglesia: que, viviendo una enorme pluralidad política y unidad en la fe, podamos construir una sociedad más fraterna y dialogante. Por supuesto que si los católicos que participamos en tal o cual partido, claudicamos a nuestra fe nos volveremos intolerantes, maximalistas y polarizantes. Si renunciamos a la posibilidad del diálogo y a la reconciliación social, desgarrará nuestras sociedades. La encíclica ‘Fratelli tutti’, que es el gran mensaje que el Papa Francisco nos regala para combatir esta enfermedad, nos insiste en que debemos optar por buscar la comunión y la caridad social como método de acción política, no solamente en momentos idóneos en donde convivimos con similares, sino en los momentos arduos y tensos.

Está abierta la causa de beatificación de Isabel la Católica. ¿A favor o en contra?

No tengo la cualificación para definir si puede ser considerada santa. En su época fue una mujer admirable, que vivió virtudes extraordinarias, que tomó decisiones muy difíciles. Sin embargo, los frailes que envía a América reciben una corrección a través del acontecimiento guadalupano: la evangelización no debe ser afirmada jamás, en el siglo 16 o ahora, con la espada. La colonización no es el método acorde a al Evangelio y al depósito de la fe. Tenemos que aprender a mirar de una manera analítica y diferenciada los contextos socioculturales del siglo XVI para juzgar con paz a Isabel la Católica y para agradecer la labor correctiva que nos regaló María de Guadalupe a indígenas y españoles. Ella es el gran icono descolonizador que hizo surgir un nuevo pueblo en todo el continente americano, que ya no es ni puramente europeo ni puramente indígena, sino una síntesis mestiza.

Menciona Guadalupe. En 2031 se avecina jubileo. ¿Es más importante que el del año que viene en Roma?

2025 es un Jubileo ordinario que la Iglesia propone cada 25 años y el Papa nos convoca centrado en el tema de la esperanza.2031 será un momento para celebrar el quinto centenario guadalupano. El Papa nos ha invitado a preparar un novenario intercontinental guadalupano, que ayude además a preparar los 2000 años de la Redención en 2033. En cualquier caso, la providencia nos regala oportunidades para una conversión de corazón que se traduzca en mayor fraternidad y solidaridad social, como nos recordaba el Papa hace unos días. Hay que vivir intensamente la sinodalidad intereclesial para poder ser creíbles en nuestro anuncio de fraternidad social. Si nos amilanamos y nos aburguesamos, llegaremos con lágrimas a estas dos fechas tan importantes en la historia.