El santoral es el calendario que recoge los nombres de los santos que se conmemoran cada día del año. Esta tradición tiene raíces profundas en el cristianismo y sirve como una forma de recordar y honrar a aquellos hombres y mujeres que dedicaron su vida a la fe y que, en muchos casos, murieron como mártires o llevaron una vida ejemplar.

El santoral no solo tiene una dimensión religiosa, sino también cultural, ya que muchas personas celebran su "onomástico", en lugar de o junto a su cumpleaños.

Además, el santoral ayuda a mantener viva la memoria de figuras históricas que marcaron el camino espiritual de muchas comunidades. A lo largo del año, cada día está dedicado a varios santos, y su influencia puede verse reflejada en tradiciones populares, nombres de calles, iglesias y costumbres locales.

¿Qué santos se celebran el 30 de abril?

• San Pío V – Papa, reformador de la Iglesia tras el Concilio de Trento.

• San José Benito Cottolengo – Fundador de la Pequeña Casa de la Divina Providencia.

• San Quirino de Neuss – Mártir.

• San Eutropio de Saintes – Obispo y mártir.

• San Donato de Euraea – Obispo.

• Beato Guillermo Southerne – Sacerdote y mártir.

• Beata Marie de Saint Just – Religiosa y mártir.

San Pío V

San Pío V fue el papa número 225 de la Iglesia Católica, gobernando entre 1566 y 1572. Nacido como Antonio Ghislieri en Italia, es recordado por su firme aplicación de las reformas del Concilio de Trento, su impulso a la publicación del Catecismo Romano y la reforma del Breviario y el Misal.

Fue una figura esencial en la organización de la Liga Santa, que consiguió la histórica victoria en la Batalla de Lepanto en 1571. Su vida de austeridad, su dedicación a la fe y su lucha contra la corrupción eclesiástica lo llevaron a ser canonizado en 1712.

San José Benito Cottolengo

San José Benito Cottolengo fue un sacerdote italiano del siglo XIX conocido por su inmensa caridad y compromiso con los más pobres y enfermos. Fundó la "Pequeña Casa de la Divina Providencia" en Turín, un complejo que ofrecía alojamiento, asistencia médica, educación y refugio a quienes más lo necesitaban.

Su vida fue un testimonio de confianza en la providencia divina y de servicio desinteresado a los marginados de la sociedad. Fue canonizado en 1934 por el Papa Pío XI.