Alumnos
Valiente y responsable
Un acto de valentía y responsabilidad. Así valoro la decisión del Santo Padre Benedicto XVI, después de sobreponerme a la sorpresa y al sentimiento de orfandad.
He tenido el privilegio de verle casi a diario en el Aula Sinodal durante el pasado mes de octubre en la celebración del XIII Sínodo sobre la Nueva Evangelización y la Transmisión de la Fe. Transmitía sabiduría, una profunda humildad y una apertura total para escuchar, en largas sesiones, las aportaciones de todos los Padres Sinodales y Auditores. Un ejercicio extraordinario de «colegialidad». Sus intervenciones, centradas en lo esencial, iluminadoras y expuestas con total lucidez. He seguido con profundo interés su magisterio en estos casi ocho años de Pontificado. Y he encontrado en su insistencia en el tema de «emergencia educativa», en sus alocuciones a la Universidad, en su preocupación por la devaluación de la razón, un estímulo para trabajar por la identidad de la Educación Católica. Un medio de contribuir a la Nueva Evangelización, formando evangelizadores creíbles por su competencia en el dominio de las ciencias humanas y por su coherencia de vida cristiana.
De su discurso a Jóvenes Profesores en El Escorial, durante la celebración de la última Jornada Mundial de la Juventud han surgido varias iniciativas que, sin duda, están enriqueciendo la tarea educativa universitaria con sus iluminadoras directrices.
Un magisterio de una enorme repercusión. Gracias, Santo Padre.
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