La emoción del día en que España dio un sí histórico a la dignidad y la igualdad, aún resuena en mi memoria cuando en el Congreso de los Diputados tuve la fortuna de pronunciar el discurso en favor de una conquista que ya es parte de la memoria democrática de nuestro país y del mundo: el matrimonio igualitario. España fue el primer país en aprobar con derechos plenos el matrimonio igualitario, incluyendo la adopción y protección de los hijos e hijas. Aquella sencilla modificación del artículo 46 del Código Civil tuvo un efecto trascendental, que reconoció la igualdad de todas las familias.

Veinte años después, es justo reconocer el trabajo ejemplar del movimiento de defensa de los derechos LGTBIQ+, para que España diera un sí valiente, un sí a la dignidad de las personas, un sí a la ciudadanía plena. Un sí que cambió nuestra historia y nos convirtió en un país más justo, más libre y, como dijo el Presidente Zapatero, «un país más decente».

Hoy celebramos una conquista social para nuestra joven democracia, que nos ha hecho que nuestro país ocupe el cuarto puesto en el ranking de ILGA-Europa sobre entornos legales y políticos favorables para las personas LGTBIQ+. España es un referente internacional en la defensa de los derechos LGTBI+, que, bajo el liderazgo del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, copreside junto a Colombia la Coalición Global por la Igualdad; reafirmando el compromiso con los derechos humanos y la diversidad. Celebrar este aniversario es celebrar la libertad de ser y amar. Gracias a quienes hoy siguen luchando por ampliar y consolidar los derechos, la libertad y la democracia; porque la igualdad no se regala –como dijo nuestro querido Pedro Zerolo– se conquista, se disfruta, y se defiende.