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El pimentón y la nuez moscada esconden sustancias tóxicas

Un informe de la OCU confirma que el 70% de las especias analizadas contienen micotoxinas, provocadas por la proliferación de hongos

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micotoxinassustancias toxicasaflatoxinaocratoxinasJosé Maluenda

Son invisibles y no se notan al paladar, pero su presencia en los alimentos puede resultar peligrosa para la salud. Hablamos de las micotoxinas, unas sustancias tóxicas que son responsables de una de cada cinco alertas alimentarias en la Unión Europea y que, según un estudio publicado esta semana por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), están presentes en más del 70% de las especias analizadas, principalmente en la nuez moscada y en pimentones, así como en otras que contienen pimiento, como la cayena o la ñora. Pero lo cierto es que estos compuestos se hallan en otros muchos alimentos que ingerimos a diario sin percatarnos.

"Las micotoxinas son compuestos químicos producidos de forma natural en el metabolismo secundario de algunos géneros de hongos. Este crecimiento se ve favorecido por las condiciones de temperatura (24-28ºC) y humedad, y se da en los alimentos, principalmente en los cereales, por lo que ello entraña un riesgo para la salud humana y animal", explica Raquel Ares, vocal del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas del País Vasco, quien añade que "hay algunos alimentos sin procesar que son susceptibles de la contaminación por micotoxinas, como son los cereales, las semillas oleaginosas, frutas, verduras, frutos secos, frutas desecadas, habas de café, habas de cacao y especias. Una vez presentes en el alimento, ya no se puede descontaminar, resistiendo diversos tratamientos del alimento, incluido el cocinado".

Efectos a largo plazo

Las micotoxinas más conocidas y que son las de mayor riesgo son la aflatoxina B1, M1 y la ocratoxina A. Según el informe de la OCU, "las micotoxinas, día tras día y mes tras mes, ingeridas a través de diferentes alimentos, se van acumulando en nuestro organismo, lo que incrementa sus peligrosos efectos a largo plazo. Además, podrían tener un efecto sinérgico entre ellas, de modo que cuando se combinan dos o más micotoxinas diferentes se multiplican sus daños".

En este sentido, la experta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, advierte de que "la presencia de micotoxinas en los alimentos y piensos puede afectar a la salud humana y animal, debido a que podrían causar diversos efectos entre los que se pueden mencionar, la inducción del cáncer y mutagenicidad, problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el hígado y en el riñón, sin olvidar que algunas micotoxinas son también inmunodepresoras, reduciendo la resistencia a enfermedades infecciosas". A pesar de ello, no hay por qué alarmarse, ya que, según confirma Ares, "aunque su presencia se haya visto aumentada tanto en alimentos como en piensos, dichas cantidades no constituyen un riesgo inmediato para la salud, pero sí es importante tener en cuenta esta ingesta, ya que contribuyen a una suma global y acumulativa perjudicial para nuestra salud. No se trata de eliminar estos alimentos de la dieta, sino que se deberían consumir de forma moderada dentro de una dieta variada y equilibrada".

De esta manera, la solución pasa por la prevención. "Para evitar la contaminación es necesario un control preventivo durante el cultivo, la cosecha y el almacenamiento. Recientemente se ha visto a nivel experimental que nuevos métodos como el plasma en frío bajo presión, nanopartículas u ozonificación podrían ser eficaces para eliminar la presencia de micotoxinas", recomienda Pedro Prieto Hontoria, gerente de innovación de Fresh Business Food & Nutrition Innovation.