Salud

Transformación sin punto y final

Transformación sin punto y final
Transformación sin punto y finalOtrosLa Razón

La transformación tecnológica en la que está inmersa la sociedad avanza de manera imparable. Reflejo de ello es que siete de las primeras ocho empresas en el mundo por valor de mercado son tecnológicas –cinco estadounidenses y dos chinas– y en 2020 se espera que haya más de 2.000 millones de personas que compren bienes y servicios en línea, frente a los 1.660 millones de compradores digitales globales que se registraron en 2016.

Ante esta situación, desde el Grupo Cofares somos plenamente conscientes de hábitos de consumo, una corriente a la que la farmacia no puede permanecer ajena. En este sentido, en 2018, el 22% de los compradores digitales adquirieron online algún producto de salud, una cifra que, desde 2016, aumentó siete puntos porcentuales. Asimismo, la venta on-line de productos de autocuidado crece a doble dígito y está aumentando de forma progresiva, pasando de 112 millones de euros en 2017 a los 170 millones de euros estimados para 2021, con un crecimiento del 12%. Un fenómeno motivado en buena parte por la comodidad y los nuevos patrones de compra. Pero aún queda mucho por hacer: a pesar de que el 80% de las ventas de artículos de salud se realizan a través de la farmacia, de momento sólo el uno por ciento se lleva a cabo on-line.

La realidad es que los cambios se están produciendo a una gran velocidad, hasta tal punto que incluso las grandes cadenas comerciales globales están atravesando momentos críticos. La entrada de gigantes del “ecommerce”, con la mirada puesta en este sector desde hace años, está agitando todo un mercado. Para hacer frente a esta situación, los grandes retailers farmacéuticos están reorganizando sus estrategias.

No hay duda de que la oficina de farmacia no escapa de este nuevo escenario marcado por la conexión y la consolidación de nuevos modelos de consumo, que exigen una transformación digital y la incorporación de tecnología como vías casi de “supervivencia” ante un consumidor que demanda el producto cuándo, cómo y dónde lo quiere.

Un consumidor que no es exclusivamente digital, ni tampoco solamente físico, sino que combina ambos canales de compra para convertirse en un consumidor híbrido que se desenvuelve con total soltura en un escenario omnicanal al que las farmacias deben adaptarse.

¿Y qué espera este nuevo consumidor de su oficina de farmacia? Muy sencillo: espera mucho más, espera encontrar un auténtico centro de salud en el que no solo se dispensen medicamentos sino donde también se ofrezcan servicios integrales, algo que hemos interiorizado en el Grupo Cofares. Reflejo de ello es nuestro esfuerzo por la diversificación con el desarrollo de Farline, que termina el año como líder de marcas propias del sector salud, o la firme apuesta por el segmento de la veterinaria y la potenciación de la ortopedia.

Basándonos en este nuevo perfil de consumidor y en la necesidad de adaptarnos a la digitalización, desde la oficina de farmacia debemos crear experiencias únicas en las que la tecnología sea relevante y eficaz.

A lo largo de este año que está a punto de terminar, desde Cofares hemos construido propuestas de alto contenido tecnológico que nos ayudarán a consolidar al farmacéutico como punto de referencia en salud, cuidado personal y bienestar. Un paso importante en este sentido es la alianza estratégica con Glintt para acelerar la digitalización de las boticas, que permitirá a la farmacia española acceder a una nueva plataforma de servicios.

Además, no podemos olvidar que nuestros pacientes tienen un fuerte vínculo emocional tanto con la farmacia como con el farmacéutico o farmacéutica de su entorno, muy superior al que tienen con el personal de cualquier otro establecimiento habitual, algo que debemos cuidar para que jamás se pierda.

Y resulta que estamos convencidos de que suman más las oportunidades que podemos y debemos aprovechar como farmacéuticos para seguir siendo un actor vertebrador dentro del ciclo básico sanitario.

La farmacia ya ha evolucionado enormemente para adaptarse a las nuevas realidades del mercado, pasando de la dispensación de medicamentos hasta convertirse en el punto de encuentro entre el paciente y el mundo sociosanitario, con el farmacéutico como principal prescriptor de salud.

La transformación, por lo tanto, lleva siendo desde hace décadas y va a seguir siendo en el futuro una cuestión ineludible para la farmacia y el conjunto del sector.

Hemos dado importantes pasos en los últimos años para hacer frente a los retos, con nuevos dispositivos, servicios y tecnologías para la farmacia, pero no debemos caer en la autocomplacencia. Debemos continuar avanzando hacia una cultura innovadora abierta, donde el objetivo sea buscar los mecanismos más exitosos que nos permitan desarrollar soluciones de valor añadido y altamente competitivas.