Cáncer
«Ahora ya hablamos de posibilidad de curación del mieloma múltiple»
Entrevista con el doctor Jesús San Miguel, director médico y especialista en Hematología y Hemoterapia de la Clínica Universidad de Navarra
-En los últimos tiempos parece que sólo existía el Covid-19, sin embargo el resto de patologías no han «parado»... ¿cómo ha afectado esta crisis a su área?
-Hemos sufrido todos un impacto tremendo por el Covid-19 porque no estábamos preparados y no sabíamos y seguimos sin saber exactamente cuál es el comportamiento de este virus. Una de las facetas que ha tenido, además de la morbilidad y la mortalidad, ha sido que los hospitales quedaron bloqueados y eso llevó a que pacientes con patologías graves que requerían tratamientos en muchos momentos ellos mismos por miedo no acudían a los hospitales o nosotros tuvimos que recurrir a otros tratamientos que no eran los que a lo mejor estábamos usando porque pretendíamos contener las enfermedades y evitar el riesgo de que se pudieran infectar visitando los hospitales.
-¿Se ha visto si hay alguna relación entre los pacientes hematológicos y el coronavirus?
-El paciente hematológico tiene mayor riesgo de infecciones globalmente y Covid-19 es un virus. Además, el paciente de mieloma multiple (MM) tiene una edad media de 70 años y presenta con mucha frecuencia comorbilidades cardíacas, diabetes, insuficiencia renal... por lo tanto es un paciente que si se infecta tiene un peor pronóstico. Esto es lo que hemos visto en un estudio que acabamos de cerrar dentro del Grupo Español en el que hemos incluido a más de 60 hospitales con 160 pacientes que han ingresado por Covid-19 teniendo MM y los hemos comparado con una serie control de pacientes sin enfermedad neoplásica. Es un estudio muy importante que acabamos de enviar a publicar y en el que se ve que el riesgo de mortalidad es mayor que en otras poblaciones.
-Usted es uno de los grandes referentes en MM. ¿Cuál es la situación actual con este cáncer sanguíneo?
-El MM es una de las neoplasias que más se ha beneficiado del progreso en los últimos 15-20 años, especialmente en la última década, tanto en el campo de la biología, de las técnicas diagnósticas y especialmente en el campo terapéutico con ocho nuevos fármacos aprobados. Es un cambio de paradigma porque sólo había uno para tratarla y ahora a veces el médico tiene el reto de saber, de todas las opciones, cuál es la más adecuada. Una enfermedad en la cual jamás habíamos hablado de curación de respuestas completas y ahora sí lo hacemos en estos términos: respuesta completa erradicación de la enfermedad residual, posibilidades de curación. -¿Qué novedades hay en cuanto al tratamiento? -Las dos novedades más importantes que se producen son el descubrimiento de los inhibidores de proteosoma, que inducen la muerte de la célula; el otro grupo son los inmunomoduladores que estimulan nuestro sistema inmune y también destruir la célula pero sobre todo lo otro. Ninguno es quimioterapia. El tercer gran avance de tipo farmacológico son los anticuerpos monoclonales que son capaces de detectar un antígeno de la célula tumoral para destruirla. Junto a estos hay otros grupos de fármacos que actúan a través de inmunomodulación o inhibiendo dianas dentro de la propia célula.
-¿Qué ventajas aportan los nuevos tratamientos respecto a los existentes?
-Es que antes teníamos sólo un fármaco eficaz: el melfalan. Los actuales cambian totalmente la capacidad de respuesta de los pacientes y de poder erradicar todas las células tumorales, sobre todo porque no estoy hablando de usar uno sino de hacerlo en conjunto porque se ha visto que tienen un efecto aditivo o sinérgico entre ellos y cuando se combinan más corticosteroides la eficacia aumenta de forma exponencial. Porque estamos hablando de terceras y cuartas generaciones. Hay un dato muy interesante y es que, cuando se usaron los de primera generación en el 2000, el Grupo Español hizo un estudio en pacientes candidatos a trasplante y que se cerró en 2005 con un seguimiento de más de 15 años (los resultados se presentaron hace dos) y había un 30% de los pacientes que estaba libre de progresión, potencialmente curados a los 10 años. Por tanto cuando alguien me pregunta ¿cuánta es la posibilidad de curarse un MM? Pues no lo sé, ¡pregúnteme dentro de 10 años! Necesito ver con los fármacos nuevos, que son de terceras y cuartas generaciones, y muchos de ellos son capaces de rescatar a los pacientes en los que fallaron los de la primera y segunda generación. Realmente es un panorama muy alentador, y ya no quiero contarle lo que está viniendo, que son los anticuerpos biespecíficos y los CART.
-Esta enfermedad se caracteriza por las recaídas que experimentan los pacientes después de los tratamientos. ¿Qué consecuencias tiene esto?
-Aunque estamos hablando del sueño de la curación del MM la mayoría de pacientes todavía no han alcanzado esa situación y siguen recayendo, por eso es tan importante disponer de estos tratamientos de los que hablábamos. Algunos de los estudios que se acaban de llevar a acabo se han publicado en pacientes que eran refractarios al melfalan que habían pasado ya por un trasplante y también a inmunomoduladores de segunda generación a inhibidores de proteosoma tratamientos de rescate en estos pacientes han mostrado una clarísma eficacia con más de un 60% de respuesta, es decir, que hay muchas opciones para estos pacientes.
-Este fin de semana ha comenzado, de forma virtual, el Congreso Europeo de Hematología. ¿Presenta usted alguna novedades en el mismo?
-En el programa educacional he hablado sobre el abordaje del paciente de alto riesgo. En los de MM la biología de la enfermedad cambia mucho en función de la genética de cada uno y es la que nos marca el pronóstico muchas veces. En esos pacientes el mensaje es clave al tratar de erradicar todas las células malignas porque recaerá. Por eso hay que utilizar todo lo mejor al comienzo y tratar de eliminar la enfermedad mínima residual. Ese es el objetivo.
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