Tribuna

El final de 2020

Un árbol está decorado con adornos navideños y luces
Un árbol está decorado con adornos navideños y lucesHAYOUNG JEONEFE

El final de 2020 está cerca, un año que nos ha sorprendido y en gran medida sobrepasado debido a la pandemia del Covid-19. Hemos visto de todo, competencia a la hora de acceder a mascarillas, respiradores o equipos de protección personal, entre unos países que en manos de los mercados en un primer momento no supieron colaborar y cooperar lo suficiente.

Pero también hemos visto solidaridad y cooperación, entre países, España es una buena muestra de ello, especialmente en su relación con América Latina. Y cooperación, solidaridad y empatía entre personas, conocidas y desconocidas, en los largos meses de aplicación de las medidas de “Estado de Alarma”.

Se podría decir que esta pandemia ha sido escenario de lo peor y lo mejor de la humanidad; en qué porcentaje lo dejo al análisis de quien lee. Finalizamos este complicado 2020, y con el fin de año parece que todo se renueva, pero el simbólico cambio de año, no es en realidad un cambio de escenario en esta crisis sanitaria, económica y social, es simplemente un “suma y sigue”.

A nivel mundial, también en España, se está trabajando en la estrategia de inmunización de la población a partir de enero, parece que tocamos ya ese momento con la punta de los dedos de la mano. Sin embargo, aún quedan por delante unos días vitales, los días de las fiestas navideñas que suponen un importante reto a superar. Estos días que la mayoría aprovechamos para celebrarlos con nuestros seres queridos, con familia y amistades, días de reunión y encuentro, en esta ocasión representan un riesgo real para la salud individual y la colectiva.

Debemos prestar atención a las lecciones aprendidas y ver como en EE UU después de la celebración principal del país, “Acción de Gracias”, se incrementaron los contagios y muertes. Sería nefasto tener que retrasar o alterar la estrategia de vacunación por un repunte en la curva de contagios al calor de las reuniones y celebraciones familiares o tener que implementar nuevas medidas de confinamiento o cierre.

El mensaje creo que es muy claro, no se trata de que no celebremos, sino de que lo hagamos de otro modo, con responsabilidad, protegiendo nuestra salud y la de las personas que queremos. Pensemos en la cantidad de sufrimiento y pérdidas de vidas humanas que están en juego. Nuestro horizonte de esperanza son las vacunas, no lo pongamos en riesgo.

De todos modos, no está de más recordar que la inmunización será de forma escalada, dando prioridad a grupos de riesgo y vulnerables, por lo que en 2021 todavía será necesario seguir utilizando en paralelo las medidas de higiene básicas frente al contagio como, mascarilla, lavado de manos y distancia social. Ojalá que en 2021 todo lo que hemos sufrido, luchado, compartido y aprendido sea un recuerdo que nos haya hecho mejores personas.