Salud

Una sociedad segura y libre de violencia de género

Manifestación por el 8-M en Madrid el pasado marzo
Manifestación por el 8-M en Madrid el pasado marzo©Gonzalo Pérez MataLa Razón.

En la lucha contra la violencia de género no podemos perder la mirada internacionalista. La agenda de la igualdad, especialmente golpeada por la pandemia y sus consecuencias, está abierta por diferentes páginas en el planeta.

No olvidemos los feminicidios en México, Guatemala o República Dominicana. No olvidemos la mutilación genital femenina en Gambia, Senegal o Burkina Faso. No olvidemos los matrimonios tempranos en India. No olvidemos las lapidaciones en Irán. No olvidemos la violencia sexual y violaciones, ni que el aborto es delito en muchos países. No olvidemos la trata y prostitución de mujeres y niñas a lo largo y ancho del planeta.

Estas mujeres y niñas, no son mujeres y niñas ajenas o lejanas a lo cotidiano de nuestras vidas. En este mundo globalizado, si nos reímos o toleramos un chiste machista, si no protestamos ante cada injusticia y discriminación que suceda a nuestro alrededor, si escuchamos ruido en la casa de al lado y no llamamos al 112 o al 016, si permitimos discursos negacionistas y reaccionarios, que involucionan, estamos retrocediendo no solo en lo concerniente a nuestras vidas, sino algo mucho más grave, estamos perdiendo la batalla de la igualdad y la libertad de las mujeres en el planeta y frenando el avance para las próximas generaciones.

Por eso son tan peligrosos y temibles los discursos negacionistas contrarios a la igualdad, que hablan falazmente de denuncias falsas o que intentan igualar la lacra de la violencia machista a otras. Debemos desterrar estos infames discursos y seguir conquistando derechos y libertades.

Si alcanzamos más igualdad, más libertad, en nuestro país para las mujeres, eso tirará hacia arriba de los derechos de todas en el planeta. Por tanto, tenemos la obligación ética, nosotras que vivimos en una democracia de un país desarrollado, de ser vanguardia para que las que se juegan la vida tan solo por conducir, ir a la escuela, o defender los derechos sexuales y reproductivos, puedan tener mayores oportunidades. No olvidemos que somos todas hermanas, ni la sororidad.

El feminismo no es patrimonio exclusivo de nadie, al contrario, da la bienvenida a todo el mundo, y debería ser patrimonio de la humanidad. Una sociedad segura y libre de violencia de género, de todo tipo de violencia machista, este 2020 sigue siendo la reivindicación de los demócratas, en España, Europa y en el resto del planeta.