Alimentación

OCU alerta de que los niños superan la ingesta tolerable de dioxinas

Las dioxinas, incluso en cantidades bajas, pueden causar alteraciones en el desarrollo, inmunotoxicidad y efectos en el desarrollo neurológico

OCU calcula que la dieta de un niño de cinco años y veintiún kilos de peso, podría exceder en un 41% la cantidad de dioxinas semanales tolerables
OCU calcula que la dieta de un niño de cinco años y veintiún kilos de peso, podría exceder en un 41% la cantidad de dioxinas semanales tolerableslarazon

El axioma de que “Somos lo que comemos” es una realidad, hasta el punto de que la manera de alimentarnos determina la salud a largo plazo, de ahí que la dieta que siguen los niños durante su infancia resulte clave para evitar complicaciones en su edad adulta. Y a tenor de las cifras, no lo estamos haciendo bien, ya que un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que nuestra dieta es rica en dioxinas (PCB) y compuestos similares (DL-PCB), unos contaminantes ambientales habituales en ciertos alimentos grasos, como las sardinas en lata, el salmón, la carne de ternera o el yogur entero (aunque siempre en cantidades por debajo del valor máximo admitido).

Estos contaminantes pueden resultar determinantes en el desarrollo de los más pequeños de la casa, ya que, según los resultados del estudio, aplicados a la dieta habitual de un niño de 5 años y veintiún kilos de peso corporal, reflejan un exceso del 41% en la cantidad de dioxinas semanales tolerables según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Por otro lado, para el caso de una joven de 15 años de 42 kilos, el valor no se superaría, pero se quedaría a un 12% del límite. Mientras que, en los adultos, más pesados, el margen sería bastante más amplio.

Los resultados son preocupantes para el caso de aquellas personas con bajo peso, especialmente en niños, ya que las dioxinas, incluso en cantidades bajas, pueden causar alteraciones en el desarrollo, inmunotoxicidad y efectos en el desarrollo neurológico. Y en concentraciones altas pueden provocar lesiones en la piel, alteraciones hepáticas e incluso cáncer.

Los datos recogidos revelan la necesidad de seguir vigilando la presencia de dioxinas en los alimentos. Es necesario revisar periódicamente la normativa para adaptarla a los resultados de las investigaciones que se vayan realizando. Además, deben reforzarse las buenas prácticas y las medidas de autocontrol de la industria en los procesos de combustión (incineradoras, cementeras, centrales térmicas, calefacción), el principal emisor de dioxinas a la atmósfera junto con los incendios y las erupciones volcánicas.

Mientras tanto, OCU recomienda a los consumidores que sustituyan en su dieta parte de los alimentos grasos de origen animal por legumbres, cereales, verduras y frutas, especialmente si hay menores en casa. Y porque, además, este tipo de alimentos resulta muy beneficioso para la salud cardiovascular.