Entrevista

“La fatiga pandémica nos dejará secuelas psicológicas a largo plazo”

Lourdes Fernández, especializada en Psicología de Emergencias, analiza las consecuencias que deja la pandemia en la salud mental

Lourdes Fernández, psicóloga especializada en Psicología de Emergencias
Lourdes Fernández, psicóloga especializada en Psicología de EmergenciasLa Razón

Lourdes Fernández es psicóloga general sanitaria habilitada, cuenta con un Máster en Psicoterapia y es psicóloga experta en Crisis, Emergencias y Catástrofes por la Universidad Autónoma de Madrid. Acreditada por el Consejo General de la Psicología de España en Psicología de Emergencias, es experta en trauma y estrés agudo.

-Después de un año de convivencia con la Covid-19, ¿cuáles son las secuelas psicológicas más comunes que puede dejar esta pandemia entre lapoblación general?

La incertidumbre, el estrés y el sufrimiento, mantenido en el tiempo, dejan secuelas. Las personas estamos preparadas para reaccionar frente a amenazas ciertas y puntuales, pero no y mucho menos cuando son tan intensas y mantenidas en el tiempo. En esas circunstancias la posibilidad de no soportarlo y romperse es factible incluso a pesar de haber resistido lo impensable. Se produce lo que ya se ha dado en llamar la fatiga pandémica. La sensación de estrés puede inicialmente auto negarse, con la idea de que sería algo temporal y lógico, de magnitud superable, y por ello pasajero. Veo a diario duelos complicados, depresiones, ansiedades, conflictos en la pareja, irascibilidad, tensión, fobias, en la mayoría de los casos como consecuencia de las vivencias de este último año. Es demasiada tensión mantenida en el tiempo y todo eso a la larga se expresa en forma de secuela psicológica. Los síntomas más frecuentes son sintomatología ansiosa, dificultad para respirar, ahogos, problemas en la conciliación y el mantenimiento del sueño, bajada de la capacidad de atención y de concentración, trastornos psicosomáticos, bajo estado de ánimo, tristeza, perdida de ilusión, llanto inexplicable y recurrente, confusión mental. Somos una población “muy tocada”.

-¿Esas secuelas pueden dejar heridas a largo plazo y provocar consecuencias más graves a nivel psicológico?

Sin duda, dejará secuelas a largo plazo. Nuestro cerebro está aprendiendo constantemente. No podemos evitar que nuestras experiencias nos dejen huella, y por tanto incorporaremos prevenciones y miedos que antes no teníamos: el temor de considerar que los otros pueden ser peligrosos y por tanto, resiliencia aparte, algo que tanto necesitamos, como es el contacto con los demás, va a sufrir una profunda afectación. Ciertas obsesiones y fobias se agravarán, las manías crecerán, junto con las depresiones que se incrementaran y extenderán como resultado de haber vivido pérdidas de seres queridos de forma cruel y repentina y no podemos olvidar los frecuentes y potentes efectos de las secuelas de los que hayan superado la enfermedad tras largo tiempo de hospitalización.

-Por culpa de la pandemia es normal que estemos más irritados, nerviosos o tristes, pero ¿qué síntomas pueden servir de voz de alarma sobre la aparición de problemas psicológicos más graves? Cuando los síntomas sean tan intensos o perduren mucho en el tiempo, de tal forma que nos impidan desarrollar nuestra vida normalmente o como nos gustaría hacerlo, y abandonemos actividades que antes nos resultaban placenteras, porque no tenemos el estado anímico adecuado para llevarlas a cabo, ni encontrar sustitutos suficientemente satisfactorios, ello constituirá un estado de cronificación que puede acarrear un grave problema psicológico.

-¿Por qué es importante ponerse en manos de un especialista y no dejar pasar el tiempo?

Sería un error esperar que estas consecuencias remitan espontáneamente y es mucho más deseable que esta recuperación sea guiada por un profesional. Inicialmente puede que uno haya sido más o menos resistente y no tener reacciones muy intensas, pero pasado un tiempo, me encuentre en una situación que de alguna manera se asemeje o me recuerde a la crisis vivida, produciéndose entonces una relación mental inconsciente que puede dar lugar a la aparición de un cuadro reactivo de ansiedad, fobia o comportamiento obsesivo significativa de la permanencia del estrés postraumático. Según la ley de Hansel (Mc Gee, 1976), cuanto antes reciba ayuda una persona, que presenta síntomas, aunque sean leves, sus reacciones psicológicas adversas durarán menos, logrando la intervención la reducción de estados que pudieran alcanzar la gravedad y una posible cronificación en el tiempo.

-¿Quiénes son las personas más vulnerables para sufrir ese tipo de problemas psicológicos? Aquellas que han experimentado una vivencia grave dolorosa o extrema en su vida, con pérdida o deterioro de su calidad de vida, que le haya supuesto consecuencias de pérdidas y con más incidencia en aquellos que además ya padecían alguna patología mental/emocional previa.

-Algunos estudios apuntan a que más de la mitad de los pacientes que sufren la Covid-19 puede presentar depresión. ¿Está encontrando estos casos en la consulta?

Naturalmente. Hay que tener en cuenta que las personas que enferman de Covid-19, en especial los de sintomatología más grave, que tienen que ser ingresados, sufren una gran tensión, al ser conscientes de que su vida ha estado en serio riesgo. Ese riesgo vivido puede llevar a lo que conocemos por Estrés Post Traumático, manifestado en una profunda depresión.

-En cuanto a los sanitarios, ¿la situación tan extrema y duradera que están viviendo puede derivar en problemas psicológicos mucho más graves a largo plazo?

Los sanitarios (y otros intervinientes) han visto y ellos mismos han estado expuestos a acontecimientos tan graves e intensos que pudieran desembocar en patologías psicológicas graves. Exceso de trabajo, escasez de medios, riesgo para sus propias vidas y la de sus familias, vivencias de dolor y sufrimiento… rechazo agresivo personalizado de los propios vecinos de su edificio de residencia… todo ello ha conformado una situación vital que, al ser ciertamente tan estresante, con tanta muerte, dolor y tensión a su alrededor, que pudieran derivar más adelante en el desarrollo de ciertas patologías psicológicas vinculadas con estos críticos acontecimientos vividos e incluso el abandono de su profesión. En cualquier momento puede llegar “la gota que colme el vaso” y aparezca alguna patología.

-Usted se presenta a la presidencia del Colegio de Psicólogos de Madrid en las elecciones del próximo 5 de mayo. De ser elegida sería la primera mujer en este cargo. ¿Qué proyectos destacaría de su candidatura?

Dar la relevancia debida a la Psicología en la sociedad es la tarea más importante que debemos abordar. Es importante que las personas conozcan todo lo que la psicología puede hacer por ellas, que todos los profesionales de la psicología se impliquen en esta labor y los estamentos políticos y de la administración terminen de implementar un plan estratégico para la salud mental. Para ello deberemos liderar un cambio de los actuales estatutos. Ha de establecerse una limitación de mandatos a no más de dos ejercicios, de forma que no sea posible situaciones como la actual, donde se ha llegado a producir una identificación entre la institución y la persona, con 26 años del mismo Decano y hasta con la familia en la junta de gobierno. Queremos asimismo que se produzca un cambio en una situación anómala que es endémica en nuestra profesión. El techo de cristal de la mujer ante los cargos de responsabilidad, paradójicamente en un colectivo compuesto por de más del 70% de mujeres, los cargos directivos y de responsabilidad esta proporción se invierte. Nuestro proyecto incluye la implantación de una transformación digital del colegio. Actualmente la videoconsulta se está generalizando, pero queremos ir bastante más allá. Crearemos un gran departamento jurídico con un servicio de gestoría especializada, que incluirá la figura del defensor del colegiado y estableceremos otras medidas como un departamento de calidad, el centro del opositor, sistemas de mentoring, y la defensa de la profesión en los ámbitos privados y públicos.

-¿Qué sería lo primero que haría si gana las elecciones?

Será necesario hacer una auditoría integral para conocer la situación actual y de dónde partimos. La transparencia es prácticamente nula, pues el detalle de las cuentas no es de dominio general. Tenemos un sistema muy difícil que hace que, tal y como dictaminó el Organismo de la Transparencia y Buen Gobierno, nos sitúe en una de las organizaciones más opacas de todos los organismos y la que se resiste a dar cuentas claras desde hace 26 años es una misma junta dirigida. Pretendemos que esto cambie radicalmente y un decano o decana no esté más de 8 años al frente de la institución.

-¿Qué consejo le daría a todos los lectores para que cuiden más su salud mental en estos tiempos de pandemia?

Por supuesto llevar una vida lo más sana y ordenada posible, con actitudes saludables como la alimentación, dormir las horas adecuadas, ejercicio, distracciones dentro de las medidas de prevención de la salud, y evitar los excesos como las compras o muchas horas de televisión, debiendo asimismo cuidar las relaciones personales, evitando los conflictos, procurando no molestarnos mutuamente. Es importante que nos centremos en nuestro presente, y no nos focalicemos en un futuro imaginado con pensamientos negativos anticipatorios. Esta forma de pensar nos lleva a ponernos en lo peor, siendo normalmente poco realista, pero produce emociones de ansiedad y desesperanza. Por ello es importante que reconozcamos cuando estamos haciendo esta conducta y, además de practicar la relajación y la meditación, nos demos autoinstrucciones para valorar lo que tenemos, nuestras capacidades y posibilidades de una forma realista. Esto nos centrará y permitirá adaptarnos a la nueva situación que nos afecta a todos.