Tribuna
Por un Plan Nacional de Salud Visual y Prevención de la Ceguera
La crisis desencadenada por la pandemia obliga a revisar la vigencia de múltiples supuestos organizativos y de financiación de la atención sanitaria que se presta a la ciudadanía en general y a la afectada por patologías visuales en particular
Se estima que actualmente más de un millón de personas sufren discapacidad visual, con fuertes sospechas de existencia de una gran epidemiología ocular asociada al envejecimiento, lo que dispararía esa cifra dada la estructura demográfica de nuestro país, en donde destaca sobremanera la casi nula natalidad positiva y que el 30% de los españoles tiene más de 64 años.
En España, alrededor de 800.000 personas con más de 65 años padecen degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Esta enfermedad supone la primera causa de ceguera entre los mayores, afectando a una zona del centro de la retina llamada mácula, y provocando alteraciones en el centro de nuestro campo visual y a la visión de los detalles, condicionando a los pacientes en su día a día y en el desarrollo de actividades cotidianas como leer o conducir. La detección temprana resulta vital para el abordaje de la enfermedad y hacer reversibles muchas de las patologías.
Sólo una minoría de estos casos está clasificada administrativamente como ceguera legal; la inmensa mayoría de la población afectada sufre enfermedades que son evitables en un 80% de los casos, por lo que la parte de intervención preventiva, diagnóstica y terapéutica resulta importantísima. Según la ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España), en el año 2020 había 71.009 ciegos administrativos.
Tanto el sistema sanitario como el de prestaciones asistenciales se verán sometidos a una sobrecarga en términos de gasto difícil de asumir, debida a las crecientes necesidades de recursos humanos y a la incorporación progresiva de terapias de alto coste que precisa nueva fórmula de sostenibilidad del sistema.
Asimismo, es un hecho de relevancia indiscutible que la crisis desencadenada por la pandemia de la Covid-19 obliga a revisar la vigencia de múltiples supuestos organizativos y de financiación de la atención sanitaria que se presta a la ciudadanía en general y a la afectada por patologías visuales en particular, en el marco de unos esfuerzos de reconstrucción (del Sistema Nacional de Salud) asistencial, económica y social inéditos en la historia reciente de nuestro país.
De esta manera, en el momento actual confluyen tres elementos que definen el escenario de la atención a las enfermedades visuales: alta prevalencia vinculada al cambio demográfico, respuesta asistencial inadecuada y necesidad de rediseño de aspectos esenciales del modelo sanitario como consecuencia de la crisis poliédrica provocada por la irrupción de la Covid-19.
Los miembros de la asociación de pacientes y familiares que sufren algún tipo de discapacidad visual, Máculas Retina, han mostrado su satisfacción tras conocer la aprobación en el Senado de una moción que insta al gobierno a la elaboración de un Plan Nacional de Salud Visual y Prevención de la Ceguera. La moción, tramitada a propuesta de Mácula Retinas, ha sido presentado por el portavoz de Sanidad y senador del Partido Popular, Antonio Alarcó, y transaccionada por la senadora socialista Mª Esther Carmona y fue aprobada en la Cámara Alta con 25 votos a favor y cuatro abstenciones.
Tras su aprobación, la Comisión de Sanidad y Consumo de la Cámara Alta insta al Gobierno que lleve a cabo un Plan de Salud Visual y Prevención de la Ceguera con estrategia en investigación, sostenibilidad económica, modelo organizativo y legitimación social; en colaboración con las comunidades autónomas dentro del marco de las estrategias de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud.
Por parte de la asociación Mácula Retina, su presidente, Jacinto Zulueta, valora muy positivamente este primer paso puesto que «desde nuestros inicios siempre hemos reivindicado la necesidad de un Plan de Salud Ocular para concienciar y educar a la población sobre la importancia de la detección precoz de las enfermedades visuales, ya que muchas de ellas podrían evitarse». Asimismo, Zulueta ha querido poner en valor el trabajo asociativo (tercer factor), puesto que la moción ha sido tramitada a propuesta de Mácula Retina y de la Sociedad Española de Oftalmología.
La elaboración de una estrategia compartida es de vital importancia para diseñar respuestas coordinadas, viables, justas y eficientes a esta situación compleja. Por tanto esta estrategia-plan debe ser elaborada dentro de la salud visual y prevención de la ceguera, en donde la investigación, sostenibilidad económica y modelo organizativo tengan todos una legitimación social.
Es preciso ejecutar las medidas necesarias, en coordinación con las administraciones públicas y la sociedad civil, para mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las patologías visuales y elaborar un plan de divulgación científica para el conocimiento y prevención de la enfermedad ocular-mácula, donde la pseudociencia no tenga cabida y la infodemia tampoco.
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