Opinión

Vacunas para todos

Carmen Montón es embajadora Observadora Permanente de España ante la OEA y la OPS y ex ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social

En los países desarrollados la campaña de vacunación está alcanzando paulatinamente la inmunidad de rebaño, mientras en los países en desarrollo el acceso a la vacuna todavía es muy complejo. Desgraciadamente aún se está lejos de asegurar un acceso a las vacunas universal; justo y económico en el planeta. Incluso hoy en día cuatro países aún no han vacunado a ninguno de sus ciudadanos. Las autoridades y ONGs sanitarias ya hablan de 2022 y 2023 como fechas para implementar la inmunización en los países de renta media y baja. Esta desigualdad está costando muchas vidas y agravando la pobreza, sin olvidar que favorece la aparición de mutaciones del virus, algunas de mayor virulencia, que nos alejan un poco más del final de la pandemia.

Si no salimos todos y juntos de la pandemia, no saldrá nadie. Por ello, hay que eliminar de forma urgente los frenos a un acceso equitativo y universal de la vacuna. En ese sentido la propiedad intelectual de las vacunas contra la Covid-19 no puede ser un obstáculo. Muchas voces llevan mucho tiempo reclamando esta cuestión. El presidente Pedro Sánchez ha asumido el compromiso de abanderarla en Europa y el presidente Biden la plantea abiertamente, entre otros líderes, como previamente lo hicieron desde la India y Sudáfrica.

Vacunas para todos es la propuesta española para garantizar el acceso universal a las vacunas de covid19 en el planeta. En ella, además de la exención temporal del acuerdo TRIPS (Aspectos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) de la OMC para las patentes vinculadas a las vacunas del Covid-19, se plantea reforzar la transferencia de conocimiento y tecnología, aumentar la producción global de vacunas y acelerar su distribución, para garantizar el acceso a los países en desarrollo.

Además, España, junto a Bélgica, Dinamarca, Suecia y Francia, han reclamado a la Comisión Europea la aprobación de un mecanismo para compartir vacunas y un compromiso por parte del conjunto de los estados miembros.

Es urgente vencer las resistencias para que el acceso universal de la vacuna, de forma equitativa, justa y económica sea una realidad en todo el planeta. Y que esta excepción que ahora se reclama, se convierta en un mecanismo de rápida activación como preparación para futuras emergencias sanitarias.