Investigación

Hace 20.000 años ya hubo una epidemia de coronavirus en Asia

Ilustración del SARS-CoV-2
Ilustración del SARS-CoV-2Archivo

En los últimos 20 años, ha habido tres brotes de coronavirus graves: el SARS-CoV que provocó el síndrome respiratorio agudo severo, que se originó en China en 2002 y mató a más de 800 personas; el MERS-CoV, que mató a más de 850 personas, y el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, enfermedad que ha matado a 3,8 millones de personas en el mundo. Pero no son los únicos. Un estudio sobre la evolución del genoma humano moderno, publicado hoy en “Current Biology”, ha desvelado que hace 20.000 años estalló una epidemia de coronavirus en la región de Asia oriental (lo que hoy es China, Japón, Mongolia, Corea del Norte, Corea del Sur y Taiwán).

Los investigadores dieron con este asombroso hallazgo al detectar rastros del brote evidentes en la composición genética de las personas de esa zona.

“El genoma humano moderno contiene información evolutiva que se remonta a decenas de miles de años, es como estudiar los anillos de un árbol, que nos da una idea de las condiciones que experimentó a medida que crecía”, explica el profesor Kirill Alexandrov de CSIRO-QUT Synthetic Biology Alliance, uno de los autores de la investigación liderada por David Enard.

En el estudio, los investigadores utilizaron datos del Proyecto 1000 Genomas, que es el catálogo público más grande de variación genética humana común, y observaron los cambios en los genes humanos que codifican las proteínas que interactúan con el SARS-CoV-2.

A continuación, sintetizaron proteínas humanas y del SARS-CoV-2, sin usar células vivas, y demostraron que estas interactuaban directa y específicamente apuntando a la naturaleza conservada del mecanismo que usan los coronavirus para la invasión celular.

“Los científicos computacionales del equipo -prosigue Alexandrov- aplicaron el análisis evolutivo al conjunto de datos genómicos humanos para descubrir la evidencia de que los antepasados de la gente de Asia oriental experimentaron una epidemia inducida por un coronavirus similar al causante de la Covid-19”.

“No encontramos directamente los virus prehistóricos”, sino que “nuestra metodología es capaz de localizar dónde se seleccionaron las variantes protectoras a lo largo de los cromosomas humanos. En el caso de nuestra investigación, encontramos que estas variantes seleccionadas se localizan en genes que interactúan con los coronavirus”, explica Enard.

“En el curso de la epidemia, la selección favoreció variantes de genes humanos relacionados con la patogénesis con cambios adaptativos que presumiblemente condujeron a una enfermedad menos grave”, añade Alexandrov.

¿Esto puede significar que los asiáticos pueden adaptarse más que el resto a los coronavirus? “Es una conclusión lógica que los que sobrevivieron a una epidemia están más adaptados al patógeno. Sin embargo, este estudio no analiza el potencial de adaptación. En todo caso, se espera que las adaptaciones genéticas juegan un papel mucho menor que el acceso a la atención médica, la salud general de la población, la preparación para una pandemia y, por supuesto, el acceso a las vacunas”, explica Alexandrov a este periódico.

Y es que “esta antigua epidemia nos está diciendo que si no limitamos más la pandemia actual incrementando el ritmo de vacunación, la gente podría seguir muriendo durante mucho, mucho tiempo. Agrega una perspectiva evolutiva a lo que ya sabemos: una vacunación amplia es absolutamente vital·, añade Enard, que destaca que “el estudio de epidemias antiguas podría ayudar a mejorar los sistemas de vigilancia y alerta temprana en el futuro”.

Además, la capacidad de identificar virus que han causado epidemias en el pasado lejano y pueden hacerlo en el futuro puede “en principio, permitirnos compilar una lista de virus potencialmente peligrosos y proporcionar un punto de partida valioso para el desarrollo de fármacos antivirales con el fin de crear medicamentos antivirales de amplio espectro que puedan prevenir futuras pandemias”, concluye Alexandrov.