Entrevista

Daniel Canogar: «Es un placer contribuir con mi granito de arena para hallar una cura contra el cáncer»

Su obra “Fulguraciones”que, se inspira en el trabajo de la investigadora Sarah Teichmann el Atlas de las Células Humanas, uno de los proyectos de la Biología más ambiciosos del siglo XXI y en el que 300 laboratorios de todo el mundo colaboran para mapear los cientos de trillones de células del cuerpo, se expondrá en la Feria ARCO y venderá a beneficio del CNIO

Daniel Canogar
Daniel CanogarAmparo GarridoAmparo Garrido

-¿Cómo surgió la idea de hacer esta obra?

-Fue una invitación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) que tiene un programa donde cada año aúna a un artista con un científico. Es un proyecto de «fundraising» y la obra que se crea se pone a la venta. Está valorada en 34.000 euros que se destinarán a la investigación contra el cáncer. Para mí ha sido un placer contribuir y ayudar con mi granito de arena a intentar encontrar una cura contra esta maldición que sigue atormentando la salud del ser humano. Es una invitación muy bienvenida que me ha abierto a todo un mundo que no conocía.

-¿Qué fue lo que le inspiró de este proyecto para desarrollar su obra?

-Después de tener un par de entrevistas con Sarah vía Zoom, porque empezamos en la pandemia, el año pasado, en abril o así, vi una conexión entre el comportamiento de las células, su crecimiento, su desarrollo, su especialización... con el trabajo que hago yo con algoritmos. Yo trabajo mucho con tecnología y entendí que, al final, la información genética que tiene cada célula es casi como un interruptor: algunos están encendidos, otros apagados... y así es básicamente como funciona un algoritmo, que también son interruptores que apagas y enciendes para darles luego las instrucciones de cómo tiene que comportarse. Ahí es donde vi mi entrada y entendí que tenía una forma de colaborar y de crear esta obra de arte.

-¿Cómo describiría sus obras para quien no las conozca?

-Siempre tienen un componente lumínico. Intento, de alguna forma, crear entornos visualmente bellos, atractivos, sugerentes a través de proyectos que también están conectados a internet y que están reaccionando a distinto tipo de información a través de las redes. Normalmente son datas que pueden tener que ver con datos financieros, con temas de cambio climático o, en este caso, con comportamientos celulares. Pero siempre hay este componente lumínico escultórico con leds, cables y, en general, intento que sean visualmente sugerentes pero que luego permitan al público hacer una reflexión sobre lo que está viendo, que no quede solo como algo para los ojos. Detrás de ese primer impacto hay un trasfondo de reflexión sobre el tema tratado en la obra.

-Se dice que el arte tiene propiedades terapéuticas, ¿también para quien crea profesionalmente? ¿Se nota más distendido que la gente, que está un poco tensa y triste últimamente?

-La creación para mí es un impulso fundamental del ser humano y lo ha acompañado desde el principio de los tiempos. Me ha servido para, entre otras cosas, reflexionar sobre la realidad que me ha tocado, reflejar la realidad que está habiendo incluso yo diría embellecer también a veces realidades muy duras. Es una forma, a veces, de hacer la vida más llevadera en momentos difíciles y duros. La creatividad es, sin duda, terapéutica tanto para el creador como para el que la disfruta y creo que sin ella me subiría por las paredes. Ojalá que todos recordáramos esos años infantiles en los que todos éramos artistas de alguna forma y transformábamos lo que teníamos; esa imaginación luego la abandonamos en la vida adulta.

-Muchas patologías se heredan. ¿Cree que el talento también?

-El talento se hereda en la medida que hay entornos socioculturales que pueden incentivar –o lo contrario, desmotivar– a los niños que crecen en ellos a llevar a cabo carreras creativas. En ese sentido puede ser hereditario si hablamos de estar en un entorno que lo pueda acompañar. A nivel genético no lo creo.

-Entonces, ¿más bien diría que se contagia, como un virus?

-(Risas.) Sí, pero un virus muy bueno, muy positivo y muy necesario.