La pandemia que nos ha golpeado los últimos meses... lo ha hecho con fuerza. No solo ha sido pernicioso el impacto del virus en el organismo de millones de personas, sino que también ha habido otros daños colaterales. Buen ejemplo de ello es el aumento inusitado de casos de Trastorno Obsesivo-compulsivo o TOC, sobre todo los que tienen que ver con la higiene, que muchas personas empezaron a desarrollar a raíz de los confinamientos. La llegada del Covid-19 obligaba a limpiar todos los productos que entraban en casa, así como la ropa y los zapatos. Pero, para muchas personas, esto se convirtió en algo más que un hábito... sino que se convirtió en una auténtica obsesión.

¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)es un trastorno de ansiedad, caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada. Esta condición puede ser mental y físicamente agotadora. Los enfermos de TOC suelen enfocarse en la limpieza, pero pueden surgir todo tipo de pensamientos y obsesiones.

La OMS incluye el TOC entre las 20 primeras enfermedades que provocan discapacidad, con una prevalencia del 0,8 % en los adultos y del 0,25 % en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más comunes. Se estima que 80 millones de personas padecen en el mundo trastorno obsesivo-compulsivo.

No se sabe exactamente cuál es la causa concreta de este trastorno, pero la combinación de factores biológicos (antecedentes familiares de TOC) y sociales (tales como padres sobreprotectores y controladores) pueden explicar en parte estas alteraciones de la personalidad.

¿Cómo podemos ayudar?

Con la llegada de la pandemia, se experimentó un inusitado aumento en el número de casos de TOC asociados a la higiene y la limpieza. Se ha asentado la creencia de que está en riesgo la contaminación por gérmenes o por suciedad, por lo que estas personas se sienten conducidas a llevar a cabo tareas de limpieza para reducir su ansiedad. Pero solo proporcionan alivio a corto plazo y con frecuencia incompleto... antes de iniciarse una nueva obsesión.

Para identificar si alguna persona de nuestro entorno puede padecer TOC, debemos fijarnos en las señales. Po ejemplo, si destina más de tres horas cada día a limpiar la casa, si tiene un miedo exagerado a la aparición de gérmenes o si observamos que empiezan a surgir heridas en las manos como consecuencia del uso excesivo de productos desinfectantes. Todas estos son señales de alarma que deberíamos tener presentes para identificar un posible caso de TOC.

Pero hay muchos otras señales de alerta que podemos encontrar, como que dejen de salir de casa o de quedar con amigos porque prefieren quedarse limpiando, o si no permiten la entrada de ninguna persona no conviviente en la casa sin que exista una razón lógica que lo justifique. Esencialmente un TOC se identifica observando cualquier comportamiento anómalo, exagerado y repetitivo... y estos comportamientos suelen ser bastante evidentes.

Ante la aparición de este tipo de compulsiones, la mejor opción es siempre consultar a un psicólogo o a un psiquiatra, que nos asesorará sobre cuáles son los siguientes pasos que debemos dar de ahora en adelante.

Normalmente, el tratamiento incluye la psicoterapia y los antidepresivos, pero nunca será una solución inmediata. Se necesitan varios meses para que el trastorno se aplaque hasta el punto de que todas estas rutinas de limpieza se conviertan de nuevo en un hábito saludable.