Estudio

La mala regulación de la tiroides en el embarazo afecta al futuro comportamiento de los niños

Los bebés nacidos de madres con niveles altos de esta hormona durante la gestación son más propensos a ser retraídos y a estar ansiosos o deprimidos, según un estudio

Los niveles de hormonas tiroideas durante la gestación pueden predecir los problemas emocionales y de comportamiento de los niños en edad preescolar, según un nuevo estudio
Los niveles de hormonas tiroideas durante la gestación pueden predecir los problemas emocionales y de comportamiento de los niños en edad preescolar, según un nuevo estudioVall d'Hebron

El embarazo es un momento crucial que marca las piezas de la salud futura y cualquier factor influye en el desarrollo del futuro bebé. De hecho, ahora se ha descubierto que los niveles de hormonas tiroideas durante la gestación pueden predecir los problemas emocionales y de comportamiento de los niños en edad preescolar, según un estudio impulsado por la Universidad Médica de Anhui (China) y publicado en la revista científica «Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism» de la Sociedad de Endocrinología norteamericana.

Las hormonas tiroideas son cruciales para el desarrollo normal del cerebro y el sistema nervioso del bebé. En concreto, durante el primer trimestre de embarazo, el bebé depende del suministro de hormonas tiroideas de su madre, que llegan a través de la placenta, lo que puede provocar, en algunas ocasiones la desregularización de los niveles de la futura mamá. Así los niveles de las hormonas tiroideas maternas, incluida la hormona estimulante del tiroides (TSH) y la tiroxina libre (FT4), cambian dinámicamente durante el embarazo, y esas variaciones, tanto los niveles altos como los bajos, pueden afectar al desarrollo del comportamiento de los niños.

«Nuestros resultados ponen de manifiesto la importancia de vigilar y controlar estrechamente la función tiroidea de la madre durante el embarazo», afirma el doctor Kun Huang, de la Universidad Médica de Anhui. «Esta investigación presenta una nueva perspectiva en la intervención temprana de los problemas emocionales y de comportamiento de los niños, ya que los niños nacidos de madres con niveles altos de hormonas tiroideas durante el embarazo eran más propensos a ser retraídos, a tener problemas de comportamiento y a estar ansiosos o deprimidos. Los niveles moderados y bajos de hormona tiroidea se asociaron a un comportamiento agresivo en los niños de preescolar», añade Huang.

En concreto, los investigadores estudiaron 1.860 parejas de madres y sus hijos y midieron repetidamente los niveles de hormonas tiroideas en el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo e hicieron un seguimiento de las familias cuando los niños tenían 4 años.

Embarazo y tiroides

Algunas mujeres al llegar al embarazo se encuentran con problemas de tiroides que desconocían que padecían, bien porque no presentaban síntomas, o porque estas patologías no les creaban problemas, pero que en realidad estaban subyacentes y durante el periodo gestacional sí pueden crear problemas de evolución del feto. «El embarazo es la segunda causa de patología endocrina», advierte en este sentido el experto en diagnóstico prenatal de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional (Madrid), el doctor Ángel Lorenzo. En la actualidad no hay cifras exactas, si bien las estimaciones hablan de un 10% de las mujeres embarazadas pueden desarrollar problemas de tiroides.

Esto se debe a que, para garantizar la llegada de hormonas al feto, la glándula tiroidea aumenta su producción, un incremento que se traduce también en su tamaño, que crecerá hasta un 10% de volumen durante los meses de gestación. “Este crecimiento no suele ser visible externamente, pero gracias a él la producción de hormonas tiroideas se incrementa un 50% más para cubrir las necesidades maternas y fetales”, agrega. Este aumento de la creación de la hormona tiroidea trae consigo la necesidad de que el cuerpo consuma más yodo, según indica el doctor Lorenzo, ya que para la producción de las hormonas tiroideas es imprescindible el yodo. «Por eso su ingesta debe incrementarse durante el embarazo y la lactancia», remarca el especialista del Hospital Ruber Internacional, a través de alimentos ricos en yodo, como la sal yodada, las carnes o pescados bien cocinados.