Cuidado con el yodo

Se ha extendido una suerte de fiebre en Europa por comprar yodo como método de prevención ante un escape nuclear por la guerra de Ucrania. Ojo con el yodo. Nadie se debería medicar al respecto, pues mal administrado y en exceso también es nocivo para la salud, ya que puede provocar inflamación de la glándula tiroidea y cáncer de tiroides, entre otras dolencias.

Tras el desastre de Chernobyl, se encontraron aumentos bruscos de yodo 131 radiactivo y estroncio 90 en el medio ambiente. El yodo orgánico natural es inocuo y necesario para las personas, pero no así el inorgánico, que en dosis elevadas es tóxico. Para limitar la fijación de yodo 131 radiactivo en el tiroides, se prescriben pequeñas cantidades de yodo, con el fin de saturar la fijación de este elemento en la citada glándula y evitar así la entrada del 131 derivado del escape atómico.

Pero la administración de yodo inorgánico no está exenta de consecuencias negativas si se toma en exceso, de ahí la importancia de que sea un especialista quien lo prescriba siempre. Opciones naturales menos arriesgadas son el alginato, la pectina, la catalasa, el superóxido dismutasa o el ácido nicotínico.