Covid
Sin mascarilla y sin necesidad de una cuarta dosis
Para los expertos sigue sin ser recomendable extender el segundo refuerzo a toda la población. A las embarazadas, tampoco
Las mascarillas han dejado de ser obligatorias en prácticamente todos los espacios interiores, salvo en centros sanitarios, residencias y en el transporte. Los más temerosos –o precavidos– con la norma sugieren que esta se ha tomado demasiado pronto y que se registrará un repunte en la incidencia, máxime al tomarse tan solo unos días después de Semana Santa. Ante esta posibilidad, preguntamos a los expertos si habría que extender y acelerar la cuarta dosis ahora con más razón tras el adiós a las mascarillas. Y lo cierto, es que pese a que la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguró en una entrevista a «El País» que el Gobierno, en plena desescalada, no descarta la posibilidad de extender la cuarta dosis de la vacuna contra la covid a la población general, los expertos no lo consideran precisamente esencial.
«Sigo pensando que la cuarta dosis no debería ser necesaria de forma masiva», afirma el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat, del ISGlobal.
«Debería ser dada a grupos muy específicos con alto riesgo; es decir, los mayores de 80 años y las personas con problemas crónicos y graves de salud como se ha definido en olas previas. Pero no así abrirla al resto de la población. Es mi opinión personal, puede ser que desde el Ministerio se discrepe, pero, dada la baja transcendencia clínica de las infecciones habituales ahora en las personas vacunadas con tres dosis, no creo que sea necesario esto a no ser que se demuestre que se pierde la protección al cabo de un tiempo frente a la enfermedad grave», precisa Bassat, quien añade que en embarazadas en general o en el caso de las mujeres que ya pasaron la enfermedad y solo recibieron dos dosis (más la tercera de forma natural) y ahora se han quedado en estado, «tampoco es necesaria que reciban una cuarta dosis» de la vacuna contra la covid.
Opinión que comparte Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, quien incide en que «la cuarta dosis no ha de estar ligada al hecho de que sigamos llevando o no la mascarilla en interiores, sino que debe estar ligada a que sea una necesidad objetiva, medible y con evidencia científica».
Y la realidad es que «en estos momentos la evidencia científica es clara tal y como ha comentado la Agencia Europea del Medicamento en personas mayores de 80 años y en menores de esa edad que sean inmunodeprimidos», precisa el experto.
«Para la población general en estos momentos, y subrayo en estos momentos, no lo veo necesario porque no hay evidencia científica ni indicación alguna por parte de los órganos regulares e incluso te diría que hasta parece un pelín obsceno hablar en los países desarrollados de una cuarta dosis sin evidencia científica y que a los países en vías de desarrollo no haya llegado ni siquiera la primera», hace hincapié el presidente de la Asociación Española de Vacunología.
¿Qué hacen otros países?
Y de cara a otoño-invierno, ante una posible pérdida de eficacia de la tercera dosis, ¿qué dicen los estudios científicos realizados hasta la fecha? y ¿qué están haciendo en otros países?
En Estados Unidos ya está aprobada la cuarta dosis para los mayores de 50 años y para ciertos grupos de inmunodeprimidos, que puede administrarse al menos cuatro meses después del tercer pinchazo. En concreto, la FDA ha autorizado la segunda dosis de refuerzo de Pfizer-BioNTech y de Moderna.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA, por sus siglas en inglés) lo autorizó alegando que «la evidencia emergente sugiere que una segunda dosis de refuerzo de una vacuna de ARNm contra la Covid-19 mejora la protección contra el covid grave y no está asociada con nuevos problemas de seguridad». «La evidencia actual sugiere cierta disminución con el tiempo de protección contra consecuencias graves de Covid-19 en personas mayores e inmunodeprimidas», incidió la FDA.
Además, la agencia estadounidense resaltó que «los beneficios conocidos y potenciales de una segunda dosis de refuerzo de la vacuna contra la Covid-19 con cualquiera de estas vacunas superan los riesgos conocidos y potenciales en estas poblaciones».
Para tomar esta decisión, la FDA se basó en los datos que el Ministerio de Salud de Israel les proporcionó sobre las 700.000 cuartas dosis de Pfizer-BioNTech administradas al menos cuatro meses después de la tercera dosis en adultos; así como de estudios sobre la de Moderna. La agencia también tuvo en cuenta el estudio en sanitarios de un centro de Israel que ha reportado «un aumento en los niveles de anticuerpos neutralizantes contra el virus, incluyendo las variantes delta y ómicron, dos semanas después de la segunda dosis de refuerzo en comparación» con los niveles que presentaban «cinco meses de la primera dosis de refuerzo».
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