Opinión

Los dos grandes agujeros del Ministerio de Sanidad

Salud Pública y Farmacia son dos tareas pendientes para Carolina Darias

La ministra de Sanidad, Carolina Darias
La ministra de Sanidad, Carolina DariasJesús HellínEuropa Press

El Ministerio de Sanidad tiene un agujero de dimensiones colosales en dos áreas que Carolina Darias heredó de Salvador Illa y que la canaria no ha querido o no ha sabido todavía reformar. Una es Salud Pública, y la otra, Farmacia. En la primera aún pulula Fernando Simón, famoso por sus erráticas predicciones, aunque la que realmente manda sin querer figurar es Pilar Aparicio, una de las grandes partícipes de la actuación de corte político y sectario que el Gobierno desplegó contra Madrid durante las diferentes oleadas de la covid.

Además de fallar más que una escopeta de feria y de ir siempre por detrás de los acontecimientos, en lugar de anticiparse a ellos, Salud Pública ha seguido sin hilar fino en las diferentes crisis que se han sucedido, incluida la de la viruela del mono, de tanta repercusión mediática en estos momentos. Hay que reconocer que el hecho de tener que ir de la mano de la rama farmacéutica del Gobierno tampoco le ha beneficiado. Si España llegó tarde a la compra de los antivirales de Pfizer contra el virus causante de la pandemia, ahora vuelve a hacerlo con las vacunas contra la nueva enfermedad que se extiende por toda la geografía. Esta parsimonia ha hecho que a nuestro país llegaran con muchas semanas de retraso los tratamientos contra la covid de los que sí disponían otros países, lo que tuvo importantes repercusiones en la mortífera sexta ola de la pandemia, y a que vayan a hacerlo también las vacunas y las terapias contra la viruela.

Bien es cierto que esta enfermedad no muestra por ahora el impacto que tuvo la covid, pero fiar a Europa la llegada de las terapias cuando otros estados inmunizan ya con ellas a los contactos de los infectados por el virus no parece de recibo y da fe del mal funcionamiento de un Ministerio que no aprende de sus errores.