Entrevista

Josep Boatella: «El yogur o las leches infantiles nacieron en las farmacias»

Doctor en Farmacia y autor del libro «Alimentos-medicamentos. Antecedentes de la industria dietética en España»

Josep Boatella
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En la segunda mitad del siglo XIX, cuando ciencia y técnica adquirieron una dimensión social que cambió la industria farmacéutica, aparecieron los alimentos-medicamentos. Boatella resume en un libro la aparición de estos preparados en España, muchos de los cuales dieron lugar a los actuales productos dietéticos.

¿Cuál considera que es el primer producto dietético en España?

No puede precisarse cual fue. De hecho, desde antiguo se han utilizado alimentos con fines terapéuticos que incluso se han incorporado en el saber popular (caldos, vegetales, miel, etc.). Ya en la era industrial, sin duda deberíamos hablar, en especial, de las leches destinadas a la alimentación infantil (condensada, esterilizadas y en polvo) y de harinas (dextrinadas, malteadas o lacteadas, panes y galletas medicinales).

Sorprende ver, con los ojos de hoy, como productos digamos «poco sanos», se vendían antes en botica. ¿Cuál es el caso más llamativo que conoce en este sentido?

El concepto de «poco sanos» puede resultar confuso e incluso polémico, en función del momento histórico, del equilibrio riesgos beneficio y claro está, de la dosis. Hoy prestaríamos atención al enriquecimiento de galletas con gluten (se propusieron para los diabéticos), las fitinas (se utilizaron como un aporte de fósforo, cuando es de difícil absorción), por descontado, algunos vinos medicinales (por ejemplo, el vino Mariani, a base de vino de Burdeos y hoja de coca), etc.

Hoy en día el concepto de alimento-medicamento está más asociado que nunca. ¿A qué cree que se debe esta fiebre?

Este es un concepto realmente muy interesante que ocupa un espacio en ocasiones difícil de precisar. Cuando el desarrollo de la industria químico farmacéutica era incipiente, muchos alimentos eran considerados medicamentos. Hoy, atribuimos a muchos alimentos un valor positivo para la salud (ácidos grasos omega 6, antioxidantes, vitaminas, fibra, probióticos, etc.). Este interés se debe, sin duda, a la evolución del perfil del consumidor en relación con sus expectativas, estilo de vida y el mantenimiento de la salud.

Dice en su libro que estos productos eran elaborados en los laboratorios anexos a las boticas, y que algunos dieron lugar a importantes empresas. ¿Como cuáles?

Sí, claro. Es que muchos productos nacieron gracias al arte de formular y al conocimiento de algunas operaciones tecnológicas (trituración, destilación, mezcla, cocción, etc.) que tradicionalmente han formado parte del perfil del farmacéutico. Sus laboratorios anexos se convirtieron en muchos casos en pequeñas industrias preparadoras de medicamentos. Las harinas destinadas a la alimentación infantil, algunas bebidas de cola, productos de desayuno a base de cacao, bebidas refrescantes, los populares litines y las gaseosas en polvo, los aceites de hígado de bacalao, etcétera., son algunos ejemplos de productos nacidos en el ámbito farmacéutico.

También cuenta que otros acabaron cayendo en el olvido. ¿Cuál, con éxito notable en su época, sufrió esta suerte?

Algunos preparados perdieron interés ante la aparición de nuevos conocimientos que demostraban la poca efectividad o incluso el riesgo de algunos ingredientes, de otros productos más efectivos o bien por la propia evolución del consumidor. Como ejemplos podemos citar la Revalenta (que en realidad era una harina de lentejas), algunos vinos medicinales (vino de hemoglobina), chocolates medicinales (enriquecidos con hierro), con jugos animales (chocolat bi-nutritiv, con Racahout, etc.), entre otros.

Pero muchos se convirtieron en productos de consumo habitual en nuestros días. ¿Podría ponernos un ejemplo?

Hay algunos ejemplos emblemáticos: el yogur, las harinas y leches infantiles, algunos extractos de carne, productos de desayuno, bebidas refrescantes (a base de cola y otras), etc.